El CJNG impone su poder en fiestas patronales de Jalisco: Controla cerveza, jaripeos y difunde su imagen en eventos públicos. Así opera “El Mencho”.
El CJNG toma las fiestas: Poder, dinero e influencia en el corazón de Jalisco
Las fiestas patronales en Jalisco siempre han sido símbolo de identidad, religiosidad y comunidad. Pero en los últimos años, estas celebraciones se han convertido en un terreno fértil para el control y expansión de uno de los cárteles más poderosos de México: El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Lo que comenzó como una presencia discreta ahora se ha transformado en un negocio millonario y una herramienta clave para reforzar la influencia social de la organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”.
De lo religioso a lo criminal: Fiestas patronales bajo control narco
La transformación de las fiestas patronales en espacios de poder narco no ocurrió de la noche a la mañana. En municipios como Autlán de Navarro, Tecalitlán, El Grullo o San Gabriel, el CJNG ha tejido una red de control que incluye desde la venta de cerveza hasta la organización de conciertos, jaripeos y hasta eventos religiosos.
Prestadores “Autorizados” por el cártel
En muchas localidades, los comerciantes deben “Pedir permiso” al grupo criminal para participar en las festividades. Las concesiones para vender cerveza, administrar palenques o traer grupos musicales están filtradas por prestanombres que operan con el visto bueno del cártel. Si alguien intenta participar sin ese aval, se enfrenta a amenazas, extorsiones o incluso ataques directos.
Esta dinámica convierte al CJNG en una especie de “Ayuntamiento paralelo”, pero con más poder coercitivo que cualquier autoridad civil.
El negocio de la cerveza: Un monopolio criminal disfrazado de fiesta
Uno de los rubros más rentables para el CJNG en estas festividades es la venta de bebidas alcohólicas, principalmente cerveza. A través de presiones a autoridades municipales y acuerdos con distribuidores locales, el cártel impone qué marcas se venden y quiénes pueden vender.
▶️ Nuevo negocio del CJNG: ahora controlan la venta de cerveza en jaripeos de Jalisco
— Milenio Televisión (@mileniotv) March 24, 2025
A los vendedores se les obligaría a dibujarse las siglas del cártel en el cabello
📺 #MILENIONoticias con @vhmichel pic.twitter.com/WZz8KDpyt0
Mandiles con la cara de “El Mencho” y poder visual
Durante el Carnaval de Autlán de Navarro de 2025, decenas de vendedores fueron captados usando mandiles con la imagen de “El Mencho” o las siglas “CJNG” dibujadas en el cabello. Estas imágenes no solo reflejan el control, sino también la estrategia del grupo para posicionar a su líder como una figura omnipresente.
El jaripeo como plataforma de propaganda
Los jaripeos y las corridas de toros han sido otro vehículo utilizado por el CJNG para posicionarse socialmente. Más allá del entretenimiento, estos eventos se han convertido en vitrinas para actos de “Generosidad” por parte del líder criminal.
Dinero y aplausos para el “Señor de los Gallos”
En febrero de 2025, durante un evento en la Plaza de Toros Alberto Balderas, un jinete recibió 50 mil pesos en efectivo, supuestamente enviados por “El Señor de los Gallos”, apodo con el que también se conoce a “El Mencho”. El animador del evento lo anunció con entusiasmo, mientras el público aplaudía entre gritos de agradecimiento.
Este tipo de episodios no son esporádicos: se han vuelto cada vez más frecuentes y muestran una preocupante aceptación del narco como benefactor comunitario.
Narcocorridos y apología al crimen: La normalización del terror
Las fiestas han dejado de ser espacios inocentes. En municipios como San José del Carmen, grupos musicales han interpretado narcocorridos como “El del Palenque”, que glorifican la figura de “El Mencho”. En los videos difundidos por redes sociales, se observa cómo la multitud coreó cada estrofa con emoción.
El culto al líder narco
Este fenómeno no es exclusivo de Jalisco. En lugares como Coalcomán, Michoacán, o localidades de Aguascalientes y Tabasco, se han realizado fiestas en honor a “El Mencho”. En algunas, incluso se reparten regalos navideños a nombre del capo.
Estructuras de pirotecnia con gallos, fuegos artificiales con las siglas CJNG y hasta rifas comunitarias con apoyo del crimen organizado son parte del espectáculo.
Las autoridades, entre el silencio y la complicidad
Una de las partes más inquietantes de esta historia es la ausencia de acción por parte del Estado. Pese a la creciente visibilidad del CJNG en los eventos públicos, la respuesta institucional ha sido prácticamente nula.
Coalcomán, el único caso investigado
El único expediente abierto hasta el momento es el de Coalcomán, donde la Fiscalía General del Estado de Michoacán investiga a la alcaldesa Anavel Ávila Castrejón por supuesta colaboración con el cártel en la organización de eventos navideños.
Fuera de este caso, no ha habido declaraciones públicas de la Guardia Nacional, ni de la Secretaría de Seguridad sobre el control del CJNG en las fiestas patronales.
¿Cómo opera el CJNG en las fiestas? Una red compleja de control social
El modelo de intervención del CJNG en estos eventos tiene tres ejes principales:
- Financiamiento y control económico. Se aseguran de monopolizar la venta de alcohol, el manejo de taquillas, el transporte y hasta los puestos de comida.
- Propaganda. A través de presentadores, bandas musicales y regalos, promueven la imagen de “El Mencho” como una figura de poder y generosidad.
- Cooptación comunitaria. Al presentarse como los organizadores de la fiesta, se posicionan como protectores del pueblo, generando una lealtad emocional difícil de romper.
Riesgos a largo plazo: El narco como figura institucional
La mayor amenaza de este fenómeno no es solo la expansión del negocio del narco, sino la erosión del tejido institucional. Las fiestas patronales están dejando de ser espacios religiosos y familiares para convertirse en actos de control y propaganda criminal.
El narco como autoridad cultural
Cuando los niños reciben regalos de un capo, cuando los adultos aplauden que “El Señor de los Gallos” regale dinero, y cuando las bandas cantan su nombre sin censura, la normalización del crimen alcanza niveles peligrosos. El CJNG ya no necesita armas para tomar un pueblo: Le basta con pagar la fiesta.
¿Qué puede hacer el Estado? Propuestas y omisiones
Mientras la DEA mantiene una recompensa de 15 millones de dólares por “El Mencho”, las instituciones mexicanas no han logrado frenar su influencia en lo local. Se requiere una estrategia integral que incluya:
- Vigilancia y auditoría de festividades patronales.
- Supervisión de contratos y permisos de venta.
- Presencia cultural del Estado, mediante eventos comunitarios alternativos.
- Campañas públicas contra la apología del crimen.
- Protección real a los ciudadanos que denuncian coerción o amenazas.
La guerra silenciosa por el alma de los pueblos
El CJNG ha entendido algo que el Estado ha olvidado: Las fiestas no son solo celebraciones, son actos simbólicos donde se refuerza la pertenencia, la identidad y el poder. Por eso han decidido conquistarlas.
No se trata solo de drogas, armas o dinero. Se trata de apropiarse de lo que significa ser parte de una comunidad. Y mientras no exista una respuesta integral, este negocio seguirá floreciendo con cada feria, jaripeo y fiesta patronal.
De fiesta en fiesta, el CJNG gana territorio
El CJNG no necesita imponer su poder a punta de fusiles cuando puede hacerlo a ritmo de banda, entre aplausos y cerveza fría. Las fiestas patronales de Jalisco han sido secuestradas no solo física, sino simbólicamente. El narco ya no se esconde en la oscuridad: ahora patrocina la luz del castillo de fuegos artificiales.
El reto para el Estado mexicano no solo es capturar a “El Mencho”, sino arrebatarle al cártel el alma festiva de los pueblos que poco a poco han comenzado a rendirle culto.