En febrero de 2025, el silencio cayó sobre un laboratorio clandestino en Sinaloa. Donde antes hervían reactores y se pesaban polvos letales, hoy solo quedan bidones vacíos y overoles cubiertos de polvo. El Cártel de Sinaloa frenó el fentanilo… al menos en apariencia.
La orden definitiva: frenar el fentanilo a toda costa
Un viraje estratégico tras la presión internacional
La noche del 20 de febrero de 2025, el gobierno de Estados Unidos marcó un antes y un después: el Cártel de Sinaloa fue incluido en la lista de organizaciones terroristas. A las pocas horas, una instrucción silenciosa se propagó entre los operadores: suspender toda producción de fentanilo.
“Cualquier evidencia nos convierte en terroristas”, dijo un operador entrevistado por N+.
No era la primera orden. Desde mayo de 2023, al menos tres intentos de frenar la producción habían salido desde la cúpula del grupo criminal. Pero esta vez, el mensaje fue claro: destruyan todo. La decisión tuvo repercusiones inmediatas y profundas.
Los laboratorios fantasmas: cómo cambió el paisaje en Sinaloa
El antes: descentralización, velocidad y volumen
Entre 2018 y 2022, el modelo de producción del fentanilo en México era descentralizado, basado en pequeños “cocineros” semiautónomos que operaban bajo la tolerancia —y cuota— del Cártel. El objetivo era producir rápido, barato y masivamente.
- Producción en zonas urbanas y rurales
- Operadores independientes, sin jerarquía fija
- Flujo constante de precursores desde Asia
El después: control, desconfianza y desplazamiento
Desde 2023, el modelo cambió radicalmente:
- Solo operadores vinculados familiarmente a los líderes pueden producir
- Menor número de laboratorios, pero más seguros
- Ubicación en zonas remotas de la sierra sinaloense
“Todo fue desmantelado para evitar ser rastreados”, confesó un cocinero a En Punto.
Fragmentación interna: guerra entre Los Chapitos y Los Mayos
Mayo 2023: el inicio de la ruptura
La primera orden de detener la producción coincidió con la persecución de Los Chapitos. La segunda, en julio de 2024, vino tras la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, una figura clave.
El golpe no solo desató una disputa interna, sino que rompió las cadenas logísticas que sostenían el negocio:
- Insumos compartidos entre facciones
- Proveedores sin protección clara
- Pérdida de confianza en la estructura interna
Impacto en la producción
La rivalidad entre facciones ralentizó y relocalizó la fabricación de fentanilo:
- Traslado de operaciones a Sonora, Durango, Michoacán y Jalisco
- Aumento de costos logísticos
- Menor volumen, pero más control de calidad
La DEA, la CBP y los datos que explican el fenómeno
Menor volumen, mayor potencia
En 2024, según la DEA, solo 5 de cada 10 pastillas tenían una dosis letal, frente a 7 de cada 10 en 2023. Una mejora en el control de calidad, aunque el riesgo sigue alto.
“Es una mezcla más dosificada, pero sigue siendo mortal”, advierte un agente de la DEA.
Disminuyen incautaciones y muertes por sobredosis
- 2023: 12,257 kg incautados en EEUU
- 2024: 9,928 kg incautados (↓19%)
- Muertes por sobredosis: ↓17% (primera caída en 10 años)
Aunque suene alentador, los analistas como Insight Crime advierten: no es el fin, es una transición.
El fenómeno Insight Crime: análisis del nuevo modelo
“Quemen todo, se cerró el negocio”
Con esa frase, el medio especializado resumió el giro de 2023. Pero, ¿se cerró realmente?
No. Solo cambió la fachada:
- Producción clandestina más sigilosa
- Nuevos precursores menos regulados
- Uso de sustancias como la xilacina, un sedante veterinario
Consolidación, no retirada
Insight Crime lo deja claro: se trata de una etapa de consolidación. El negocio no muere, se reinventa en la sombra, más difícil de rastrear y potencialmente más peligroso.
México y Estados Unidos: una cooperación forzada y desigual
La presión de Washington
La decisión de incluir al Cártel de Sinaloa en la lista FTO y SDGT aumenta las facultades legales de EEUU para:
- Congelar activos
- Emitir sanciones a cómplices financieros
- Justificar operaciones extraterritoriales
La respuesta mexicana
A pesar del discurso de colaboración, la reacción del gobierno mexicano ha sido ambigua. Si bien se han intensificado los operativos militares, no existe un reconocimiento oficial del Cártel como grupo terrorista, lo que limita la cooperación legal.
¿Fin del fentanilo o mutación encubierta?
Elementos que indican continuidad
- Cambios logísticos, no desaparición del negocio
- Migración de laboratorios a otras entidades
- Aparición de nuevas sustancias complementarias
Lo que podría venir
- Mayor uso de IA y criptomonedas para evadir rastreo
- Expansión hacia Centroamérica y Sudamérica
- Producción de opioides de tercera generación
“No es un adiós. Es un nuevo comienzo más difícil de detectar”, afirma Víctor Valles, periodista especializado en crimen organizado.
Una guerra en la sombra que apenas comienza
El fentanilo no ha desaparecido, solo se ha vuelto más difícil de rastrear. La narrativa de “prohibición” interna y presión internacional ha forzado una transformación silenciosa que aún no comprendemos del todo.
¿Estamos frente al fin del modelo tradicional o ante el inicio de una etapa aún más peligrosa y sofisticada?