Cuando SEGMEX fue desmantelada en 2016, parecía el fin de una oscura estrategia del CJNG. Pero nueve años después, un hallazgo en Teuchitlán reveló que el método no solo sobrevivió: evolucionó.
El origen del modelo: SEGMEX y la fachada perfecta del CJNG
Una empresa “legal” para una maquinaria ilegal
En marzo de 2016, la Fiscalía de Jalisco anunció un golpe importante: la detención de 13 personas vinculadas a SEGMEX, una supuesta empresa de seguridad privada.
Detrás de anuncios de empleo atractivos —sueldo de 3 mil pesos semanales, trabajo como escolta— se ocultaba una de las estrategias más sistemáticas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG): el reclutamiento criminal mediante ofertas falsas de trabajo.
SEGMEX operaba en Tlaquepaque, Puerto Vallarta y Lagos de Moreno, con un blanco claro: exmilitares, expolicías y jóvenes desempleados.
Los captaban a través de volantes, llamadas telefónicas y entrevistas en casas particulares. Una vez ahí, los trasladaban a ranchos donde iniciaba su “capacitación”.
“Recibían adiestramiento intensivo de hasta diez días en manejo de armas”, declaró el entonces fiscal Jesús Eduardo Almaguer Ramírez.
Entre los detenidos figuraba Johanna Mary Hernández, ciudadana estadounidense de 28 años y presunta reclutadora, vinculada a Gonzalo Mendoza Gaytán, alias “El Sapo”, operador clave del CJNG.
Una denuncia que lo reveló todo
El caso explotó a raíz de una denuncia por secuestro: un hombre que rechazó unirse al cártel fue privado de la libertad. Su familia recibió una exigencia de un millón de pesos.
La fiscalía actuó rápido y logró cateos en San Juan de los Lagos, rescatando a la víctima y destapando toda la red detrás de SEGMEX.
Rancho Izaguirre en Teuchitlán: la continuidad del modelo, ahora más oscuro
El hallazgo que sacudió a Jalisco
El 5 de marzo de 2025, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco localizó un terreno en Teuchitlán, Jalisco, conocido como Rancho Izaguirre. Lo que hallaron ahí dejó en shock incluso a autoridades:
- Restos humanos calcinados
- Más de 400 prendas de vestir
- Estructuras para entrenamiento paramilitar
- Crematorios clandestinos
No se trataba solo de una fosa común, sino de un centro de exterminio y adiestramiento criminal.
Lastra, el nuevo operador del terror
Días después, el titular de la SSPC, Omar García Harfuch, anunció la detención de José Gregorio “N”, alias “El Comandante Lastra”, presunto operador del CJNG vinculado al rancho. Según fuentes oficiales, Lastra coordinaba reclutamientos forzados y supervisaba el entrenamiento.
“Era el encargado de organizar la entrada y permanencia de las víctimas”, detalló un informe confidencial.
Las similitudes con SEGMEX fueron imposibles de ignorar.
Tres patrones que se repiten casi una década después
1. Empleo falso como gancho inicial
Tanto en 2016 como en 2025, las promesas laborales fueron el anzuelo. Antes se ofrecían puestos como escoltas o guardias privados. Ahora, las publicaciones se hacen en redes sociales, con vacantes en vigilancia, logística o seguridad rural, incluso para mujeres.
“Ofrecen sueldos competitivos y prestaciones, pero nunca revelan la ubicación real del trabajo”, explicó un familiar de una víctima en entrevista anónima.
2. Centros de entrenamiento en propiedades controladas
SEGMEX utilizaba casas o ranchos alejados para el adiestramiento. En Teuchitlán, Rancho Izaguirre contaba con pistas de obstáculos, zonas de tiro y dormitorios improvisados.
Las víctimas eran obligadas a participar en entrenamientos intensivos, sin contacto exterior y bajo amenaza constante.
3. Secuestro y extorsión si intentan escapar
Los casos documentados en ambos escenarios coinciden: si alguien dudaba o quería irse, era secuestrado. Su familia era contactada para pedir rescate. Este fue el detonante de varias investigaciones, como en el caso original de SEGMEX.
“La amenaza hacia la familia es el punto clave para incorporarlos”, señaló el académico Jorge Ramírez, de la Universidad de Guadalajara, en entrevista con InSight Crime.
Expansión del modelo: otras ciudades y nuevas víctimas
Zonas afectadas después de SEGMEX
Según Ramírez, el modelo fue replicado en:
- Tala
- Tapalpa
- Puerto Vallarta
- Lagos de Moreno
- San Pedro Tlaquepaque
En todos los casos, el patrón fue similar: ofertas laborales, reclutamiento, entrenamiento y amenazas.
2019: Villahermosa y una historia que se repite
En Tabasco, un joven sobreviviente relató cómo fue reclutado con una oferta de trabajo que prometía $3,500 semanales. Fue trasladado a una finca y obligado a entrenarse. Escapó tras varios días, pero otros no tuvieron esa suerte.
2024: nueva oleada de desapariciones
En San Pedro Tlaquepaque, al menos 30 personas desaparecieron tras asistir a entrevistas laborales. Todas coincidían en el perfil: jóvenes sin empleo, de zonas marginadas, con interés en trabajo de seguridad.
Jalisco: epicentro de una tragedia persistente
Cifras que revelan una crisis estructural
- +110,000 personas desaparecidas en México
- +11,600 en Jalisco
- 186 fosas clandestinas entre 2018 y 2025
- +2,000 restos humanos localizados
Jalisco concentra uno de los mayores índices de desapariciones del país, muchas de ellas relacionadas directa o indirectamente con el CJNG.
Fallas institucionales y omisiones graves
La FGR admitió errores en operativos anteriores. En 2024, agentes inspeccionaron el Rancho Izaguirre y no hallaron restos ni crematorios. Seis meses después, el colectivo civil sí los encontró.
“Eso revela una omisión o complicidad inaceptable”, denunció la activista Mariana Campos, de Guerreros Buscadores.
¿Cómo frenarlo? Retos estructurales y oportunidades perdidas
1. Falta de regulación en empresas de seguridad
La existencia de SEGMEX y otras firmas similares evidencia que no hay filtros sólidos para verificar su autenticidad, ni control sobre a quién reclutan ni dónde operan.
2. Desempleo juvenil y exclusión social
El CJNG explota un vacío estructural: jóvenes sin oportunidades, exmilitares sin reinserción y zonas marginadas donde una oferta de $3,000 semanales parece un milagro.
3. Redes sociales sin supervisión efectiva
Plataformas como Facebook y WhatsApp se han convertido en los nuevos canales de reclutamiento. No hay mecanismos efectivos de denuncia o monitoreo de vacantes fraudulentas.
Una estrategia viva en el corazón del país
El modelo del reclutamiento criminal disfrazado de oportunidad laboral no es nuevo, pero sí más sofisticado. Desde SEGMEX hasta Teuchitlán, el CJNG ha perfeccionado su capacidad de captación, adiestramiento y sometimiento.
La pregunta no es solo cómo detenerlo, sino por qué, tras casi una década, no ha sido desmontado.
Mientras tanto, en los márgenes del país, miles de jóvenes siguen viendo en esas ofertas falsas su última esperanza.