Una noche cualquiera en una fiesta electrónica de Ciudad de México, alguien consume lo que cree que es “cocaína rosa”. En minutos, cae al suelo sin poder respirar. Nadie sabía que ese polvo brillante contenía fentanilo. Así comienza una tragedia que se repite cada vez con más frecuencia.
De psicodélico exclusivo a cóctel letal: ¿qué es realmente el “tusi”?
El “tusi” o “cocaína rosa” nació como un derivado glamoroso del 2C-B, una fenetilamina psicodélica sintetizada en 1974. Sin embargo, lo que hoy circula en las calles rara vez contiene esa sustancia. En su lugar, encontramos mezclas variables de ketamina, MDMA, cafeína, e incluso opioides como oxicodona y tramadol. Una ruleta rusa química que puede ser mortal.
Composición común del tusi:
- Ketamina (disociativo)
- MDMA (estimulante y empatógeno)
- Cafeína (estimulante)
- Colorantes (para su distintivo tono rosa)
El 2C-B, prácticamente ausente, es solo parte de una estrategia de marketing que enmascara una mezcla impredecible.
Este engaño no solo alimenta el consumo, sino que dificulta la intervención de las autoridades, al no poder tipificar claramente qué se está comercializando. La falta de regulación y el desconocimiento generalizado sobre la composición real del “tusi” son los grandes cómplices de esta crisis silenciosa.
Fentanilo: el opioide sintético que agrava la amenaza
El fentanilo es un opioide sintético hasta 100 veces más potente que la morfina. Desarrollado en los años 60 para uso médico, hoy es la causa de una crisis de sobredosis sin precedentes en América del Norte. Su uso como adulterante en drogas como la heroína, la cocaína, y ahora el tusi, multiplica exponencialmente los riesgos de muerte súbita por depresión respiratoria.
Datos clave:
- Una dosis de tan solo 2 mg puede ser letal.
- No tiene olor, color ni sabor perceptibles.
- Puede mezclarse con otras drogas sin que el usuario lo sepa.
Esta capacidad de invisibilidad convierte al fentanilo en un arma silenciosa. Muchos consumidores ni siquiera saben que han estado expuestos hasta que los síntomas aparecen, cuando ya puede ser demasiado tarde para actuar.
¿Un caballo de Troya? Cómo el tusi puede introducir el fentanilo a nuevos usuarios
El atractivo visual y la imagen de exclusividad del tusi lo han vuelto popular entre jóvenes de clase media y alta. Sin saberlo, muchos podrían estar entrando en contacto con opioides ultra potentes sin haberlos buscado.
Por qué esta combinación es especialmente peligrosa:
- Los usuarios no esperan un opioide: no tienen tolerancia.
- Los estimulantes pueden enmascarar los primeros signos de sobredosis.
- La intervención médica se retrasa, a menudo con consecuencias fatales.
Una persona sin historial de consumo de opioides puede colapsar tras una sola dosis contaminada. Esto hace del “tusi con fentanilo” una bomba de tiempo en cada pastilla o dosis.
El papel del Cártel de Sinaloa y el tráfico de fentanilo
Aunque no hay evidencia directa de que el Cártel de Sinaloa esté mezclando fentanilo con tusi, sí se sabe que es uno de los principales productores y traficantes de fentanilo a nivel mundial.
Posibles escenarios:
- Contaminación deliberada para aumentar la potencia percibida.
- Adulteración por distribuidores menores que acceden al fentanilo del cártel.
Sinaloa es una de las regiones con mayor incautación de esta sustancia, lo que apunta a su papel central en la crisis.
Los expertos advierten que, de confirmarse esta conexión directa, estaríamos ante una sofisticada estrategia de “contagio controlado” de opioides: insertar fentanilo en drogas de moda para crear dependencia y expandir mercados.
Zonas turísticas: foco emergente de riesgo
Ibiza, Medellín, Cancún. El tusi se mueve con rapidez por los circuitos turísticos. Y donde aparece, también se han detectado casos de intoxicaciones con fentanilo. La mezcla es peligrosa: jóvenes en busca de fiesta, falta de información, consumo desinhibido y un mercado sin control.
En estos destinos, las fiestas privadas y los clubs exclusivos se han vuelto verdaderos laboratorios informales de policonsumo, donde los controles son mínimos y la presencia de sustancias adulteradas es una amenaza real.
¿Qué podemos hacer? Urgencia de una respuesta coordinada
Recomendaciones:
- Difusión de información clara y científica sobre los riesgos del tusi.
- Disponibilidad de naloxona en entornos recreativos y hospitales.
- Servicios de análisis de sustancias accesibles, como los de Energy Control o Échele Cabeza.
- Capacitación urgente para profesionales de salud sobre intoxicación por fentanilo.
Además, urge reforzar la cooperación internacional en la interceptación de precursores químicos y en la regulación de nuevas sustancias psicoactivas. El combate no solo debe ser policial, sino educativo, sanitario y comunitario.
La amenaza del tusi con fentanilo no es hipotética: ya está ocurriendo. Lo que parece una sustancia recreativa puede ser, en realidad, una sentencia de muerte camuflada. La pregunta es: ¿estamos preparados para evitar que se repita la historia de la crisis de opioides en México?
Porque si no se actúa con urgencia, lo que hoy es un riesgo emergente podría convertirse en una tragedia nacional de proporciones similares a la de Estados Unidos.