La extradición de 29 capos del narcotráfico a EE.UU. podría desencadenar una ola de violencia en México, similar a la era de Escobar en Colombia.
El pasado 28 de febrero, el gobierno mexicano entregó a Estados Unidos a 29 líderes del narcotráfico, entre ellos a Rafael Caro Quintero, uno de los criminales más buscados por la DEA. Esta acción sin precedentes responde a la presión del gobierno estadounidense, que ha exigido más esfuerzos contra el fentanilo y ha amenazado con sanciones comerciales contra México.
La extradición de narcotraficantes a EE.UU. ha sido un tema polémico desde hace décadas. Antes del sexenio de Vicente Fox, solo se habían realizado seis extradiciones de mexicanos a territorio estadounidense. Ahora, esta decisión podría marcar un cambio radical en la lucha contra el crimen organizado.
Narcotraficantes extraditados y sus organizaciones
Entre los extraditados se encuentran líderes de alto rango de organizaciones como el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas. Todos enfrentan cargos de narcotráfico, lavado de dinero y homicidio.
Estados Unidos considera esta medida como un golpe contundente contra los cárteles. Sin embargo, expertos en seguridad advierten que podría traer efectos colaterales como violaciones al debido proceso y el riesgo de que los extraditados enfrenten la pena de muerte, prohibida por la legislación mexicana.
El fantasma de la violencia política: el caso de Pablo Escobar
La historia del narcotráfico en América Latina nos ofrece lecciones clave. En Colombia, la década de los 80 estuvo marcada por la violencia del Cártel de Medellín, liderado por Pablo Escobar. Este capo no solo dominó el tráfico de drogas, sino que también desafío al Estado con una campaña de terror que incluyó asesinatos de jueces, políticos y periodistas, así como atentados y secuestros.
Escobar infiltró el aparato estatal, desestabilizó el país e intentó evitar su extradición a toda costa. La respuesta del gobierno colombiano fue contundente: una operación militar apoyada por Estados Unidos que terminó con su muerte en 1993. Sin embargo, su caída no eliminó el problema; el narcotráfico simplemente se fragmentó y dio paso a nuevos grupos criminales.
¿Pueden los cárteles mexicanos replicar la estrategia de Escobar?
Los cárteles mexicanos han demostrado una capacidad operativa similar a la de Escobar en su momento. Con miles de millones de dólares en ganancias, estos grupos han corrompido instituciones y han infiltrado el sistema político.
Algunas de las organizaciones criminales más poderosas en México incluyen:
- Cártel de Sinaloa: Líder en el tráfico de fentanilo. Ha demostrado una estructura flexible y resiliente.
- CJNG: Notorio por su extrema violencia y capacidad de expansión global.
- Cártel del Noreste: Derivado de Los Zetas, especializado en secuestro y extorsión.
- La Nueva Familia Michoacana: Utiliza drones y explosivos para ataques selectivos.
- Cártel del Golfo: Uno de los más antiguos, con fuerte presencia en el noreste de México.
¿Cómo podría reaccionar el narco a la extradición de sus líderes?
Los expertos en seguridad advierten que las extradiciones pueden generar reacomodos violentos dentro del crimen organizado. Cuando un líder cae, sus subordinados luchan por el control, generando conflictos internos y un aumento de la violencia.
México ya ha experimentado picos de violencia política ligados al narcotráfico. En las elecciones de 2024, se registraron 1,709 ataques y amenazas contra políticos y funcionarios, incluyendo asesinatos. En estados como Michoacán y Guerrero, el crimen organizado ha llegado a cerrar casillas electorales e imponer candidatos afines.
La respuesta de los gobiernos de México y EE.UU.
Ante esta situación, ambos países han intensificado sus esfuerzos. En México, el gobierno ha implementado operativos para capturar capos y confiscar drogas, aunque la corrupción en las fuerzas de seguridad sigue siendo un problema grave.
Por su parte, EE.UU. ha fortalecido su cooperación con México mediante asistencia técnica y financiamiento. La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha implementado programas de prevención de violencia, aunque la estrategia general sigue enfocada en seguridad fronteriza y represión del narcotáfico.
Consecuencias imprevistas de la política antidrogas de EE.UU.
Si bien la extradición parece una solución efectiva, podría generar problemas inesperados. Mayor control fronterizo podría beneficiar a los cárteles al encarecer el tráfico de drogas y aumentar su poder económico. Además, una política basada solo en la represión no aborda la demanda de drogas en EE.UU. ni el flujo de armas hacia México.
Conclusiones
La extradición masiva de narcos a EE.UU. podría marcar un antes y un después en la lucha contra el narcotráfico en México. Sin embargo, también puede generar reacciones violentas, inestabilidad y una mayor fragmentación del crimen organizado.
Para evitar repetir la historia de Colombia, es crucial adoptar una estrategia integral que combine seguridad, justicia social y desarrollo económico. La lucha contra el narcotráfico no se puede ganar solo con armas: requiere atacar las causas estructurales del problema.