El sueño de conectividad del sureste mexicano tiene un costo ecológico que ya no puede ocultarse. La restauración del Tren Maya se vuelve urgente.
“Muy bonito” fue el juicio ambiguo que la secretaria de Medio Ambiente, Alicia Bárcena, emitió sobre el Tren Maya, obra insignia del actual gobierno federal. Pero detrás de ese comentario, se esconde un diagnóstico crítico: el megaproyecto necesita una restauración ambiental integral. Desde Chiapas hasta Quintana Roo, el trazado del tren ha dejado cicatrices profundas en la selva, los cenotes y la biodiversidad.
La restauración del Tren Maya ya no es opcional
Un ecosistema fragmentado del tramo 1 al 7
La secretaria Bárcena fue clara: “se requieren medidas en toda la composición del proyecto”. Es decir, los siete tramos del Tren Maya presentan afectaciones que van desde la tala indiscriminada hasta la alteración de rutas de fauna.
Entre los principales puntos críticos identificados por Semarnat destacan:
- Instalación de mallas metálicas que impiden el paso de especies.
- Caminos secundarios abiertos ilegalmente para fines turísticos.
- Afectación directa a cenotes y cavernas, muchos sin estudios previos.
- Fragmentación de corredores biológicos para jaguares, tapires y aves migratorias.
La postura oficial: restaurar con ayuda comunitaria
A diferencia de otros megaproyectos, Semarnat no está considerando recurrir a los consorcios empresariales involucrados en la obra para la restauración. “Plantar un árbol que se muere al día siguiente no es restaurar”, afirmó Bárcena. En su lugar, propone involucrar a las comunidades locales como protagonistas del rescate ecológico.
El Tren Maya como detonante de conflictos ecológicos
Impacto sobre áreas naturales protegidas
El trazo del tren atraviesa o bordea múltiples áreas de alta fragilidad ambiental:
- Reserva de la Biosfera Calakmul
- Reserva de Sian Ka’an
- Sistema de cavernas de Quintana Roo
La Secretaría ya estudia la posibilidad de declarar nuevas reservas de la biosfera, particularmente en las cavernas del sur de Quintana Roo. Esto busca frenar nuevos proyectos turísticos o urbanos que se disparen con la llegada del tren.
Especies en riesgo y corredores interrumpidos
La fauna emblemática del sureste, como el jaguar (Panthera onca), el tapir (Tapirus bairdii) o el mono saraguato, está viendo sus territorios cada vez más cercados. Las vallas metálicas y la fragmentación forestal dificultan su movilidad, alimentación y reproducción.
“El tren no solo corta la selva, corta la vida”, comentó un investigador local.
Responsabilidad ambiental: ¿quién paga la restauración?
Fondo Nacional de Fomento al Turismo vs. Sedena
Los responsables del proyecto están divididos por tramos. Del 1 al 4, el ejecutor ha sido el Fonatur; del 5 al 7, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a través de la empresa Tren Maya S.A. de C.V.
Pero la Semarnat no ha precisado quién deberá asumir el costo de la restauración. Marina Robles, subsecretaria de Biodiversidad, sólo comentó: “lo tiene que pagar quien hizo la obra”.
Empresas y contratos ambientales en la mira
Uno de los contratos más polémicos ha sido el de manejo de fauna nociva. En 2023 se reveló que una empresa privada había sido contratada para “reubicar” fauna silvestre. Aunque el gobierno ha negado que se sacrifiquen especies protegidas, el contrato ha sido objeto de fuertes cuestionamientos por falta de transparencia.
Reforestación comunitaria: una solución con rostro local
Ventajas de involucrar a las comunidades
- Conocimiento ancestral del ecosistema
- Capacidad organizativa para vigilar zonas
- Incentivo económico sostenible a través de programas verdes
Programas como Sembrando Vida podrían reorientarse para incluir acciones de restauración específica en las zonas impactadas por el tren.
Obstáculos: corrupción, falta de capacitación, conflictos internos
Sin embargo, sin una supervisión técnica robusta, estas acciones podrían convertirse en simulaciones. El éxito dependerá de la articulación entre sociedad civil, academia, gobierno y pueblos originarios.
Lecciones para el futuro: megaproyectos con conciencia ecológica
¿Es posible un tren verde?
El desarrollo y la preservación no tienen que ser enemigos, pero para lograrlo se requieren evaluaciones ambientales reales y vínculos genuinos con la ciencia.
Ejemplos internacionales como el AVE en España o el tren bala en Japón muestran que con planeación previa, infraestructura y naturaleza pueden coexistir.
Urge una reforma ambiental para megaproyectos
El caso del Tren Maya revela las debilidades estructurales de la política ambiental mexicana:
- Falta de evaluaciones acumulativas por tramos
- Opacidad en los estudios de impacto
- Debilitamiento institucional de Semarnat en los últimos sexenios
El silencio de la fauna y el eco de las decisiones
El Tren Maya avanza, pero deja atrás preguntas sin responder. ¿Será posible reparar el daño? ¿Podrá la restauración reconciliar desarrollo y naturaleza?
En los próximos años, la efectividad de estas acciones marcará un precedente para todo megaproyecto en América Latina. La selva no habla, pero su silencio grita.