WHAT IF…? El Fobaproa como vacuna del olvido: Inmunidad retórica para chapulines

El Observador disecciona el cinismo de Morena al usar el Fobaproa (1998) como distracción para ocultar el desfalco del Huachicol Fiscal (600 mil millones MXN) y proteger a políticos como Ignacio Mier.

AL MOMENTO

I. El Evento Nexus

El multiverso político mexicano opera bajo una ley inmutable: la memoria es un recurso estratégico, y la amnesia, una herramienta de gobernanza. La reactivación del fantasma del Fobaproa por la maquinaria de la Cuarta Transformación (4T) en el crepúsculo de 2025 no es arqueología histórica; es la activación de un potente cebo temporal.

La narrativa oficial, esgrimida con indignación histriónica por la vocería del partido, es simple y devastadora: “La derecha no quiere que se sepa que nos siguen robando desde 1998.” Con este ejercicio de cinismo retórico, la 4T logra varios objetivos simultáneos. Primero, externaliza la responsabilidad del déficit fiscal actual al culpar a un evento que, si bien es real y doloroso (1.23 billones de pesos de pasivo vigente), ocurrió hace tres décadas. Segundo, utiliza la deuda como un martillo moral, castigando a una oposición que está paralizada entre la autodefensa y la irrelevancia.

Pero la maniobra esconde el verdadero punto de fuga. El discurso del Fobaproa es la cortina de humo perfecta para desviar la atención de los desfalcos de la era actual, que ya rivalizan en magnitud con el rescate bancario original. Hablamos de la anomalía Segalmex y, sobre todo, del Huachicol Fiscal, ese agujero negro de 600 mil millones de pesos, una cifra que iguala o supera el monto inicial del Fobaproa de 1998. El Fobaproa no es el problema que se ataca, es el escudo que se levanta para proteger al Leviatán de la corrupción militarizada y administrativa del presente.

II. El Eco del Pasado

La hemeroteca, esa cruel villana digital que traiciona al político sin distinción de color partidista, guarda un expediente implacable sobre Ignacio Mier Velazco. Hoy, senador, coordinador legislativo y proselitista incansable de la “honestidad valiente,” Mier es la voz más punzante contra los crímenes neoliberales.

Pero si cruzamos el umbral de 1998 y ajustamos el lente de la historia a la LVII Legislatura, encontramos al diputado Mier, entonces militante del PRI. Los registros no mienten: no era un observador, era un operador clave. Su labor no era quejarse del rescate bancario; era asegurar que el voto priista se mantuviera disciplinado.

En esa línea temporal lejana, el Mier de la transformación votó a favor de que la nación absorbiera la deuda privada. Él levantó la mano para convertir el pasivo de los banqueros en la deuda pública que la vocera de su partido denuncia en 2025. El cinismo se cristaliza en una sola imagen: Mier condena un robo que él mismo facilitó legislativamente, asumiendo que el cambio de camiseta lo bautiza en la pureza. Su actual lealtad no es una prueba de su conversión, sino la evidencia de que la ideología es desechable cuando se ofrece un escaño vitalicio y la amnistía histórica.

III. La Divergencia (El “What If”)

Imaginemos que el multiverso político se fractura en un punto de coherencia. ¿Qué pasaría si Ignacio Mier Velazco, en diciembre de 2025, decidiera honrar el estándar moral que predica contra el Fobaproa, aplicándolo a los desfalcos de su propio régimen?

En esta realidad alterna, Mier no usaría el fantasma de 1998. En cambio, convocaría a una conferencia de prensa en el Senado, no para vilipendiar al PRIAN, sino para enfrentar la anomalía Segalmex.

Mier, el coherente, tomaría el micrófono y declararía que una pérdida de 15 mil millones de pesos destinados a la alimentación de los más pobres es un crimen comparable y moralmente superior al Fobaproa. Exigiría de inmediato la destitución y el juicio penal de Ignacio Ovalle, no su reubicación en un puesto burocrático.

Más aún, el Mier de la coherencia se enfrentaría al elefante en la sala: el Huachicol Fiscal de 600 mil millones. Denunciaría, con la misma furia que usa contra Zedillo, que la corrupción militarizada en las aduanas es un vector de impunidad inaceptable. Pediría la comparecencia inmediata de los altos mandos navales implicados en el contrabando de combustible, no la protección del fuero castrense. En este universo divergente, la promesa de “no robar” se aplicaría sin distinción.

IV. El Colapso

El mundo ideal donde el político obedece su propia hemeroteca es una utopía. En nuestra línea temporal, el Mier de 2025 no solo evita la autocrítica, sino que se sienta a la mesa con Manuel Bartlett, el arquitecto del sistema autoritario que hizo posible la opacidad del Fobaproa, y con Patricia Armendáriz, la reguladora que debía vigilar los bancos antes de que estos quebraran.

La realidad colapsa porque la 4T no está combatiendo la corrupción; está institucionalizando una nueva forma de impunidad basada en la lealtad.

El mensaje para la base es claro: si robaste en el pasado, puedes ser perdonado, siempre y cuando tu pecado sirva hoy a la Transformación. Si robas hoy bajo el manto de la Transformación (Segalmex), serás protegido como “gente buena engañada”. El único robo imperdonable es aquel que no beneficia al grupo en el poder.

La Arquitectura del Olvido opera así: mientras Morena gasta energía en denunciar el cheque que los neoliberales firmaron hace 27 años, la nación paga en silencio la factura del Huachicol Fiscal, que es el Fobaproa del siglo XXI. El mayor enemigo del político actual no es su hemeroteca, sino el hecho de que ha logrado convertir esa hemeroteca en una herramienta de coartada perfecta.


OpiniónWHAT IF...? El Fobaproa como vacuna del olvido: Inmunidad retórica para chapulines
Redacción Noticias Activas
Redacción Noticias Activas
Editor en jefe responsable del contenido con estrategia, con mas de 13 años de experiencia contando historias, especialista en comunicación visual con enfoque estratégico comercial.
Day pass Naay Boutique en punta coco
GRUPO RL

ARTÍCULOS RELACIONADOS