Una investigación de Quinto Elemento Lab ha sacudido el panorama político y de seguridad en México al revelar un informe inédito de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Este documento detalla una presunta orden del entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, emitida en 2021, para investigar las actividades ilícitas de Hernán Bermúdez Requena, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco. El hallazgo expone una compleja red de corrupción y huachicoleo.
La orden presidencial bajo la lupa
Informes de inteligencia militar de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), obtenidos tras el hackeo del colectivo Guacamaya, revelan que en 2021 el expresidente Andrés Manuel López Obrador habría instruido investigar a Hernán Bermúdez Requena. Bermúdez, quien era secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, había sido designado por Adán Augusto López Hernández, entonces gobernador del estado.
Un documento oficial filtrado expone que integrantes de la organización criminal “La Barredora” se enteraron, gracias a un informante de la Secretaría de Marina (Semar), que “por orden de el viejito cabeza de algodón” la entonces Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) había abierto una carpeta de investigación contra Bermúdez y otros mandos. Los analistas de la Sedena explicaron textualmente que “el viejito cabeza de algodón” era “posiblemente el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador”, haciendo alusión a su cabello cano, una forma común de referirse a él por sus simpatizantes.
La mención directa a AMLO en relación con las actividades ilegales de Bermúdez y sus socios se encuentra en una tarjeta informativa identificada con el numeral 201 y fechada el 22 de marzo de 2021. Esto ocurrió cinco meses antes de que Adán Augusto López se convirtiera en secretario de Gobernación. Este hallazgo, no reportado previamente, surge de un resumen de conversaciones telefónicas intervenidas el domingo 21 de marzo de 2021. La intervención fue realizada por el Centro Regional de Fusión de Inteligencia Sureste, en el que participan la Sedena, la Semar, el Centro de Investigación y Seguridad, y la Fiscalía General de la República. La información se envió por correo electrónico al Centro Nacional de Fusión de Inteligencia, un órgano desconcentrado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que recaba datos de cinco centros de inteligencia del país.
“La Barredora” y sus nexos criminales
La supuesta orden desde Palacio Nacional para investigar a Bermúdez y sus socios, así como el espionaje a sus conversaciones telefónicas, puso bajo la lupa federal a “La Barredora”. Esta organización, con nexos al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se dedicaba principalmente al tráfico de hidrocarburos en gran parte de Tabasco, incluido Macuspana, lugar de nacimiento de López Obrador.
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Hernán Bermúdez tiene una orden de aprehensión en su contra y una ficha roja de la Interpol para su búsqueda y captura, ya que es señalado de ser uno de los líderes del grupo delictivo. Adán Augusto López se ha deslindado públicamente de las presuntas actividades ilícitas de su excolaborador y dijo estar a disposición de las autoridades que investigan la trama.
La red de espionaje y complicidades
El espionaje telefónico, del que los integrantes de “La Barredora” ya sospechaban, se enfocaba en Gustavo Elías de Dios Yedra, apodado “Tavo” o “Espartano”. Yedra se dedicaba al tráfico de combustible en Tabasco y Chiapas. La Sedena lo vigilaba desde 2019, lo que le permitía conocer sus contactos federales, de quienes obtenía información o apoyo para sus actividades delictivas. Esa relación, eventualmente, le costaría la vida.
El documento refiere que el 21 de marzo de 2021, Yedra se comunicó con dos personas, también dedicadas al tráfico de hidrocarburos, para advertirles que le habían mostrado una carpeta de investigación de la SEIDO. En esta carpeta aparecía “H”, como se referían a Hernán Bermúdez Requena al interior de “La Barredora”. En la investigación, dijo, también se mencionaba a Carlos Tomás Díaz Rodríguez, “el Lic” o “Tomasín”, identificado como asesor de Bermúdez.
Más tarde ese mismo día, Yedra habló con Jorge Carvallo, alias “Pizza”, quien, según el documento, colaboraba con él en operaciones de compra-venta de hidrocarburos y trabajaba en Petróleos Mexicanos (Pemex). En la llamada, Yedra le confió que un elemento de la Semar, identificado como “Popeye” y parte de un grupo de inteligencia, le confirmó que la orden de la investigación provenía del “viejito cabeza de algodón”. Otros reportes de la Sedena identifican a “Popeye” en los organigramas del grupo criminal, mencionándolo como alguien que laboraba en el área de Inteligencia de la Semar, con capacidad para dar órdenes, movilizar personal y proporcionar elementos vestidos de civil para apoyar a miembros de “La Barredora” en sus disputas internas.
Yedra solía trabajar con elementos de la Marina en la venta de combustible robado, según detallan otros correos hackeados. Por ejemplo, sabía de un Teniente que ofertaba combustible ilícito en el Puerto de Dos Bocas y le habían ofrecido el servicio de escolta para sus pipas. Diversos reportes de la Sedena también muestran que los integrantes de “La Barredora” contaban con informantes entre agentes ministeriales y de inteligencia dispuestos a filtrar datos a cambio de dinero. Según uno de los documentos filtrados, un elemento de inteligencia de la SEIDO le pidió 180 mil pesos a Yedra para sacarlo de la carpeta de investigación cuando el cerco federal sobre “La Barredora” se iba cerrando.
El trágico desenlace de los informantes
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Mientras, Hernán Bermúdez instruyó a líderes de “La Barredora” que se resguardaran “porque van a entrar 10 camionetas del Estado y de Inteligencia de Marina”. En esos días, Yedra fue secuestrado junto con Michel Alfonso Haddad Sánchez, “Joncha”, uno de sus encargados en las actividades de tráfico de hidrocarburos. Sus compañeros de “La Barredora” se los llevaron en una camioneta Lincoln y les quitaron 22 mil pesos.
Yedra, por su relación con elementos de inteligencia de la SEIDO y la Marina, se había convertido en sospechoso. “Lo van a interrogar porque al parecer los delató”, dice el informe militar. El reporte cierra con un sombrío augurio: “No se debe soslayar que en próximas horas aparezcan sus cuerpos ejecutados y con cartulinas o mantas amedrentando a otros miembros de células independientes que controla la autoridad estatal con el fin de causar temor entre ellos”. El augurio se cumplió. Al día siguiente, los cuerpos de ambos fueron encontrados en la localidad de Santa Rita, perteneciente a Cárdenas, asesinados con violencia extrema.
Este entramado de corrupción, espionaje y violencia, destapado por informes militares filtrados, subraya la profunda infiltración criminal en estructuras de poder y seguridad. La orden presidencial de investigar a Bermúdez, junto con la brutalidad de “La Barredora”, revela la urgente necesidad de transparencia y rendición de cuentas en las esferas más altas del Estado.