Tras una jornada electoral calificada como pacífica y democrática, José Antonio Kast se alzó con la victoria en Chile, reconfigurando el mapa ideológico de la región. Su triunfo consolida una nueva ola de la ultraderecha Cono Sur, generando reacciones polarizadas: mientras la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, felicitó al ganador, el presidente colombiano, Gustavo Petro, lanzó una dura advertencia sobre el avance del fascismo.
Felicitación diplomática desde México
La presidenta Claudia Sheinbaum felicitó el domingo 14 de diciembre al pueblo chileno por una jornada electoral “pacífica y democrática”. Sheinbaum también extendió su felicitación al candidato triunfador de la segunda vuelta presidencial, el ultraderechista José Antonio Kast, con quien auguró una buena relación como presidente del país suramericano.
La mandataria mexicana expresó su optimismo en un breve mensaje en redes sociales:
- Felicitó al pueblo chileno por una jornada electoral pacífica y democrática.
- Felicitó a José Antonio Kast, a quien nombró “próximo presidente de Chile”.
- Confió en que ambos gobiernos seguirán trabajando “por el bien de nuestros países y de la región”.
Los datos de la victoria de Kast
Kast, exdiputado ultracatólico de 59 años, ganó las elecciones presidenciales de Chile tras derrotar por un amplio margen a la izquierdista Jeannette Jara, exministra de Trabajo del actual mandatario, Gabriel Boric.
Según los datos preliminares del Servicio Electoral (Servel), con más del 99 por ciento de los votos escrutados, los resultados fueron contundentes:
- José Antonio Kast obtuvo el 58.18 por ciento de los votos.
- Jeannette Jara, de 51 años, alcanzó el 41.82 por ciento.
El exdiputado Kast es el primer pinochetista en llegar a La Moneda desde el retorno a la democracia. Cabe recordar que él hizo campaña a favor de la continuidad del general Augusto Pinochet (1973-1990) en el plebiscito de 1988.
La advertencia de Colombia: “Vientos de muerte”
La reacción del presidente de Colombia, Gustavo Petro, se ubicó en las antípodas ideológicas de la posición de México, lamentando profundamente el resultado electoral. Petro advirtió el domingo que en América “vienen los vientos de la muerte” tras la victoria de Kast.
El mandatario colombiano, ubicado en el polo opuesto del espectro político de Kast, hizo un llamado directo a los países que conformaron la antigua Gran Colombia a “resistir con la espada de Bolívar en alto”.
La postura de Gustavo Petro:
- Afirmó que “Por el sur y por el norte vienen los vientos de la muerte. Atenti Grancolombianos, vienen por nosotros y debemos resistir con la espada de Bolívar en alto y paso de vencedores”.
- La Gran Colombia fue un Estado que existió entre 1819 y 1831, del cual formaron parte lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
- El presidente lamentó que el fascismo avance, y fue contundente al expresar: “jamás le daré la mano a un nazi y a un hijo de nazi, tampoco; son la muerte en ser humano”.
- Agregó que es triste que Pinochet se impusiera a la fuerza, pero “más triste ahora es que los pueblos elijan su Pinochet”.
La agenda de Kast y la reconfiguración regional
José Antonio Kast tiene fuertes vínculos con otros líderes de ultraderecha en la región. Sus promesas de campaña se centran en una agenda de seguridad y migración estricta.
Las propuestas de la nueva administración chilena incluyen:
- La expulsión masiva de migrantes.
- Tipificar la migración como un delito.
- La construcción de cárceles de máxima seguridad con aislamiento total para los líderes del narcotráfico.
Su triunfo coloca a Chile, junto con la Argentina de Javier Milei, en el polo de la ultraderecha en el Cono Sur. Esta tendencia regional se sintoniza con otros gobiernos como el del salvadoreño Nayib Bukele, el ecuatoriano Daniel Noboa o Santiago Peña en Paraguay.
El panorama político en América Latina se polariza con la victoria de Kast, forzando a los líderes de la región a tomar partido. Mientras algunos auguran relaciones bilaterales pragmáticas basadas en la diplomacia, otros ven en este resultado la resurrección de fantasmas autoritarios del pasado. ¿Es el triunfo de Kast una señal de la fatiga progresista en el Cono Sur, o el inicio de una nueva y peligrosa configuración geopolítica regional?
