Un mensaje breve pero significativo en las redes sociales de Rafael Marín Mollinedo, titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), desató una ola de especulaciones sobre un posible movimiento político en Quintana Roo.
Marín, quien ha ocupado cargos clave como representante de México ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) y figura estratégica dentro del actual gobierno federal, volvió a colocarse en el centro de la conversación pública. Su publicación fue interpretada por analistas como una señal que podría anticipar aspiraciones más allá de la función administrativa que hoy desempeña.
En el estado, su nombre ha tomado fuerza repetidamente en escenarios electorales, particularmente rumbo a los procesos 2025–2027. Además, medios nacionales han señalado que sus actividades podrían estar vinculadas a posibles actos anticipados de campaña, aumentando el ruido político a su alrededor.
La ANAM, una dependencia con enorme peso en temas de recaudación, comercio exterior y seguridad fronteriza, ha sido plataforma para que Marín consolide una presencia nacional. Pero ahora, con un mensaje aparentemente simple, volvió a encender la pregunta: ¿se está destapando?
Mientras su entorno mantiene silencio, la conversación sigue creciendo. Lo único claro es que la figura de Rafa Marín vuelve a asomar como pieza relevante en el tablero político del sureste.




