Cancún nació como un sueño hace 55 años. Hoy, late con fuerza como símbolo de transformación, identidad y lucha colectiva.
Un destino nacido del sueño colectivo
En 1970, Cancún no era más que un proyecto ambicioso: convertir una isla casi deshabitada en un polo turístico. Hoy, cinco décadas después, es el corazón turístico de México y Latinoamérica, con más de 124 conexiones aéreas a nivel global.
El 55 aniversario de Cancún no solo conmemora su fundación, sino la fuerza de su gente, su identidad y la visión compartida que le dio vida. Así lo expresó la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, durante la sesión solemne del Ayuntamiento de Benito Juárez, celebrada con emotividad y orgullo.
“Hoy es uno de esos días que marcan la historia. Celebramos a una ciudad que tiene alma y sentido gracias a su gente”, expresó Lezama.
Benjamín de la Peña: un homenaje al espíritu fundacional
Un ciudadano ejemplar con raíces profundas
Durante la ceremonia, se entregó la Medalla al Mérito Ciudadano “Sigfrido Paz Paredes” a Benjamín de la Peña Mora, quien hace 46 años eligió Cancún como su hogar.
“Uno no elige dónde nacer, pero sí dónde vivir. Llegué con mi familia y una maleta, y encontré un lugar donde echar raíces”, recordó emocionado.
Este reconocimiento va más allá de una medalla. Según palabras de la propia gobernadora:
“El verdadero progreso se construye con valores, principios y solidaridad. En el alma de Cancún quedará para siempre la huella de su generosidad”.
Legado y liderazgo con causa social
Benjamín representa esa primera generación de forjadores que, con trabajo, visión y amor por la comunidad, contribuyeron al crecimiento de un Cancún vibrante, diverso y con identidad propia.
Lezama subrayó que este homenaje simboliza el abrazo sincero del pueblo cancunense, y recordó que el fruto del amor por una ciudad se traduce en servicio.
Cancún: una historia de lucha, identidad y transformación
Una ciudad construida por su gente
Meseros, camaristas, albañiles, madres de familia, emprendedores… todos ellos forman parte del alma de Cancún. La gobernadora los definió como “leyendas vivas”, por haber hecho posible lo que parecía imposible.
Cancún no es solo un destino de sol y playa: es un ecosistema humano que lucha, avanza y se reinventa cada día. Las familias han sido clave para sostener ese crecimiento.
“No podemos hablar de éxito si no hay prosperidad compartida”, recalcó Lezama, al mencionar la importancia de cerrar las brechas de desigualdad.
De símbolo turístico a ciudad con propósito
Actualmente, Cancún atraviesa una nueva etapa. Según la gobernadora, el enfoque del gobierno es claro: colocar a las personas en el centro de las decisiones públicas. Este cambio de paradigma impulsa un modelo más humano, incluyente y solidario.
El proyecto del puente Nichupté, por ejemplo, es una muestra de esta visión: infraestructura gratuita, al servicio del pueblo y que cambiará la movilidad de la ciudad sin costo para la ciudadanía.
55 años de orgullo, desafíos superados y futuro compartido
Gobierno con corazón feminista y humanista
La presidenta municipal Ana Paty Peralta, quien encabezó la ceremonia, destacó que Cancún trabaja hoy bajo un modelo de prosperidad compartida, con fuerte liderazgo femenino y vocación social.
“Celebramos 55 años de una historia viva, con carácter, identidad y corazón. Una ciudad que lucha cada día para abatir rezagos”, afirmó.
La presidenta reconoció el legado de los fundadores y su impacto en la construcción de un destino que hoy es símbolo internacional del turismo, pero también de superación social.
Unidad institucional y visión colectiva
La ceremonia reunió a los tres poderes del estado: legislativo, ejecutivo y judicial. Estuvieron presentes el magistrado Heyden Cebada Rivas, el diputado Jorge Arturo Sanén Cervantes, y la presidenta honoraria del DIF, Verónica Lezama Espinosa, entre otros funcionarios y exalcaldes.
Este marco institucional refuerza el mensaje: Cancún es más que un destino, es un proyecto social en constante construcción.
Cancún ha cumplido 55 años honrando su pasado y abrazando su futuro. Desde las primeras familias que apostaron por esta tierra hasta los líderes que hoy impulsan su transformación, cada cancunense ha escrito una línea en esta historia compartida.
La ciudad sigue creciendo, con retos por resolver, pero con una brújula clara: incluir, servir y transformar. ¿Cómo serán los próximos 50 años? Dependerá de seguir sembrando valores, equidad y participación social.
Porque Cancún no es solo un lugar en el mapa, es un sentimiento que se construye todos los días.