Sedena en el ojo del huracán por construcción en Bacalar
La Laguna de los Siete Colores, en riesgo por un proyecto federal
Bacalar, Quintana Roo, ha sido escenario de un creciente conflicto entre la comunidad local, activistas ambientales y el gobierno federal. El motivo: la construcción de un hotel por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en las inmediaciones de la icónica Laguna de Bacalar, una joya ecológica del Caribe mexicano.
Desde inicios de marzo de 2025, diversas organizaciones, turistas, habitantes y colectivos ambientales han denunciado públicamente que las obras avanzan sin los permisos ambientales correspondientes, sin consulta pública y sin evaluaciones de impacto ecológico claras. La situación se ha convertido en un símbolo del choque entre megaproyectos gubernamentales y la preservación del medio ambiente.
¿Qué está construyendo la Sedena en Bacalar?
Un hotel militar en zona protegida
De acuerdo con denuncias locales, la Sedena estaría construyendo un hotel de descanso en una franja colindante a la Laguna de Bacalar, justo frente al histórico Fuerte de San Felipe. La obra ha involucrado maquinaria pesada, camiones y labores de dragado y relleno que podrían alterar de forma irreversible el ecosistema.
El proyecto no ha sido oficialmente transparentado, lo que ha generado aún más suspicacia entre los residentes. Las obras avanzan en una zona reconocida por su riqueza ambiental, donde cualquier intervención debe pasar por una serie de evaluaciones de impacto y permisos ambientales emitidos por autoridades como la SEMARNAT y la PROFEPA.
¿Por qué Bacalar es tan importante ecológicamente?
Un tesoro natural amenazado
La Laguna de Bacalar es conocida mundialmente como “la laguna de los siete colores”, gracias a la diversidad de tonalidades azules y turquesas que reflejan su pureza. Su ecosistema es extremadamente frágil y aloja estromatolitos, estructuras microbianas con miles de años de antigüedad, vitales para el equilibrio ecológico del planeta.
Cualquier intervención de gran escala, como un hotel turístico, puede provocar alteraciones en la calidad del agua, cambios en la biodiversidad y la pérdida de patrimonio natural e histórico.
Denuncias y protestas: voces que exigen frenar la obra
Comunidades locales y activistas alzan la voz
Desde que se hizo pública la construcción, los pobladores de Bacalar, colectivos ambientalistas y turistas han organizado protestas simbólicas, bloqueos y clausuras ciudadanas. Una de las plataformas más activas, @AguaClaraBacalar, ha documentado en redes sociales la entrada de maquinaria sin autorización y el avance de los trabajos sin transparencia.
La organización Greenpeace México también se ha sumado a las denuncias. A través de su cuenta en X (antes Twitter), solicitó la intervención de la PROFEPA y acusó a la Sedena de actuar sin responsabilidad ambiental:
“La Sedena está construyendo un hotel en la laguna de Bacalar, sin certeza de permisos ambientales o evaluaciones del impacto ecológico. ¡La selva no es un hotel!”, publicó la asociación.
Las autoridades bajo presión: ¿dónde están los permisos?
La opacidad en el manejo del proyecto
Uno de los principales reclamos es la falta de claridad en los permisos ambientales. Hasta el momento, ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), ni la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) han ofrecido información detallada sobre el estatus legal del proyecto.
La presidenta Claudia Sheinbaum fue interpelada por los colectivos, quienes pidieron su intervención directa para detener el ecocidio en proceso. También se ha solicitado a Alicia Bárcena, titular de la SEMARNAT, que transparente los documentos y acuerdos firmados con la Sedena.
¿Puede detenerse el proyecto?
Denuncias legales y amparos en curso
Los ambientalistas han informado que ya se han interpuesto denuncias legales y amparos ante instancias federales con el objetivo de frenar la obra. El argumento central: la ausencia de consulta pública y la falta de Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) avaladas por expertos.
Estas acciones legales buscan que se ordene la suspensión inmediata de los trabajos, se realicen estudios independientes y se garanticen mecanismos de transparencia sobre el futuro del predio.
Impactos potenciales del hotel de la Sedena
5 riesgos ambientales que preocupan a Bacalar
- Pérdida de biodiversidad: alteración de hábitats únicos, afectando flora y fauna nativas.
- Contaminación del agua: por actividades de construcción sin manejo adecuado de residuos.
- Daño a estromatolitos: organismos milenarios vitales para el ecosistema.
- Impacto visual y cultural: afectación a la vista del Fuerte de San Felipe, sitio histórico.
- Turismo no sostenible: incremento de visitantes sin infraestructura ecológica adecuada.
Sedena y turismo: ¿qué rol debería jugar el Ejército?
Militarización de la infraestructura turística
Desde el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, la Sedena ha tomado un papel protagónico en la construcción de infraestructura pública: desde aeropuertos como el AIFA hasta tramos del Tren Maya. Ahora también incursiona en el turismo con este hotel en Bacalar.
Este modelo genera debate: ¿debe el Ejército operar proyectos turísticos? ¿Qué mecanismos existen para vigilar su cumplimiento ambiental? Las respuestas siguen sin claridad.
Una tendencia nacional: megaproyectos vs medio ambiente
Casos similares: Tren Maya, Dos Bocas y AIFA
El caso Bacalar no es aislado. México ha visto en años recientes cómo proyectos federales, promovidos bajo el discurso del desarrollo, han generado tensiones sociales y ecológicas.
El Tren Maya, por ejemplo, ha sido cuestionado por su trazo sobre la selva maya; Dos Bocas por daños en manglares; y el AIFA por falta de conectividad.
En todos estos casos, el común denominador ha sido la rapidez de ejecución, la centralización del poder y la exclusión de comunidades locales en la toma de decisiones.
¿Qué exigen los defensores de Bacalar?
3 demandas clave al gobierno federal
- Suspensión inmediata de la obra hasta tener claridad legal y ambiental.
- Transparencia total sobre los permisos otorgados y la evaluación de impacto.
- Consulta pública vinculante con expertos, académicos y comunidad local.
El futuro de Bacalar está en juego
Bacalar no solo es un destino turístico, es un símbolo de la riqueza natural de México. Lo que está en juego va más allá de un hotel: se trata del modelo de desarrollo que queremos como país.
¿Priorizaremos el crecimiento turístico inmediato o protegeremos nuestro patrimonio ecológico y cultural a largo plazo?
El llamado de la comunidad es claro: la laguna no se vende, se defiende.
¿Desarrollo o destrucción?
El caso de Bacalar plantea una disyuntiva crucial: cómo conciliar el desarrollo con la sustentabilidad. La Sedena, al estar en el centro de la polémica, debe responder con transparencia y legalidad. Y el gobierno federal, escuchar a quienes defienden el medio ambiente desde el territorio.
En un contexto global donde el cambio climático avanza, proteger cada ecosistema cuenta. Bacalar merece decisiones responsables y un futuro sostenible.