El Chuyón involucrado en asesinato de influencer: la broma que se salió de control

El Chuyón rompe el silencio tras ser vinculado con el asesinato de Valeria Márquez. "Ayúdenme, no está padre", suplica.

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Una broma, una tragedia y un periodista atrapado en el caos digital

“Ayúdenme, no está padre”, clama Jesús Hernández, conocido como El Chuyón, tras recibir amenazas por una broma que lo relacionó con el asesinato de la influencer Valeria Márquez. Un caso donde la desinformación, el humor mal canalizado y las redes sociales crearon una tormenta perfecta.

El asesinato de Valeria Márquez: un hecho que sacudió Zapopan

Valeria Márquez, influencer mexicana, fue asesinada a balazos durante una transmisión en vivo. El hecho conmocionó a la opinión pública por su brutalidad y la exposición mediática del crimen.

El video de su muerte circuló rápidamente por redes sociales, generando indignación, teorías y comentarios. En ese torrente digital, apareció el nombre de El Chuyón, no por información verificada, sino por una “broma” siniestra que lo colocó en el centro del huracán.

Quién es El Chuyón: el periodista atrapado en una pesadilla viral

Jesús Hernández, mejor conocido como El Chuyón o El Chuyazo, es un periodista deportivo. Creador de contenido, popular por sus análisis y estilo desenfadado, nunca imaginó que una “ocurrencia” ajena lo pondría en la mira de cientos.

En un video de menos de un minuto, Hernández explicó:

“Soy El Chuyón, Jesús Hernández. Nomás para aclarar de nueva cuenta, siguen llegando las amenazas, intimidaciones. Lamento profundamente lo que le pasó a Valeria pero no tengo nada que ver. Fue una broma, un acoso contra mi persona.”

La grabación tiene un tono serio, dolido. No es contenido deportivo ni humorístico. Es una declaración de auxilio.

El poder destructivo de una broma sin filtro

¿Cómo llegó el nombre de El Chuyón a relacionarse con un asesinato? Alguien editó fotos y comenzó a difundirlas ligándolo al caso Márquez. Sin pruebas, sin contexto, sin pensar en las consecuencias.

Jesús lo denunció públicamente:

“Soy una persona normal, soy un periodista deportivo, hago contenido. Pero repito: no tengo nada que ver con ese terrible suceso.”

El caso expone una problemática creciente: el uso irresponsable del humor digital en contextos de tragedia.

Reacciones: entre la burla y la solidaridad

Las respuestas en redes fueron polarizadas. Algunos minimizaban la situación:

“Neta no puedo creer que no aguantes el mame… Pensé que eras banda”.

A lo que El Chuyón respondió, con visible molestia: “¿Cuál mame?”

Sin embargo, también hubo apoyo sincero:

“Me sumo en apoyo a su persona. ‘Vale el mame’ cuando se limita meramente a lo deportivo… pero sin poner en riesgo a la persona, como ahora está pasando”, comentó el periodista Fernando Esquivel.

Cuando la desinformación mata reputaciones

Este caso evidencia los peligros del linchamiento digital. Una foto editada, una broma “graciosa” y un nombre replicado en redes pueden destruir la reputación y poner en peligro real a una persona inocente.

El Chuyón no es el primer caso, y lamentablemente no será el último. La velocidad con la que circula la desinformación supera muchas veces la capacidad de defensa de los afectados.

Reflexión final: ¿qué nos dice esto sobre nuestra cultura digital?

Este incidente no es sólo sobre El Chuyón. Es un espejo de cómo interactuamos con la tragedia en internet. ¿Cuándo el “mame” deja de ser divertido y se vuelve peligroso?

En un mundo donde la velocidad y la viralidad lo son todo, la responsabilidad digital debe ser el nuevo sentido común.

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