Una promesa bordada en hilo dorado, una vida envuelta en paños sagrados. Así comienza el viaje sensorial que ofrece el Gran Museo del Mundo Maya con su nueva exposición: bordado maya ritual.
Una celebración que entrelaza pasado, presente y comunidad
El 17 de mayo, en el marco del Día Internacional de los Museos, más de mil 300 personas se dieron cita en el Gran Museo del Mundo Maya para ser testigos del estreno de la muestra temporal Kili’ich chuuyo’ob: bordado maya ritual. Un evento que no solo inauguró una exposición, sino que reavivó la llama de la identidad cultural yucateca.
La inauguración fue más que un acto formal. Fue una fiesta viva: trova, ballet folklórico infantil, talleres infantiles y visitas guiadas trilingües (maya, español e inglés) construyeron un ambiente festivo, intergeneracional e inclusivo. La comunidad artesanal de distintos municipios participó activamente en el bazar “U k’íiwikil koonol”, con textiles, madera, cerámica, miel melipona y dulces típicos.
Kili’ich chuuyo’ob: la esencia ritual en cada hilo
La exposición Kili’ich chuuyo’ob no es solo una muestra textil. Es una inmersión en la cosmopercepción del pueblo maya, una lectura espiritual del mundo a través del arte bordado.
Lo sagrado hecho prenda
Entre los objetos expuestos destacan:
- Estandartes bordados de santos y gremios
- Ternos e hipiles que relatan genealogías y devociones
- Textiles ceremoniales para nacimiento, bautizo y muerte
- Vestimenta ritual como capotes de toreros o trajes de danza
Cada prenda cuenta una historia, marca un rito, acompaña un ciclo vital. No es moda, es espiritualidad.
La mayanidad contemporánea
El Gran Museo del Mundo Maya se posiciona como un espacio de enseñanza y difusión de una cultura viva. Como señala la Sedeculta, esta muestra honra la indicación del gobierno de Joaquín Díaz Mena de revalorar la herencia y legado cultural del estado: un auténtico Renacimiento Maya.
Arte, niñez y futuro: los hilos que también construyen comunidad
Niñas, niños y adolescentes: protagonistas del conocimiento
Durante el fin de semana del 17 y 18 de mayo, los más pequeños también fueron protagonistas:
- Teatro guiñol, lecturas y narraciones
- Presentación del Ensamble de Trova de la Escuela Kookix
- Ballet Folklórico Infantil del Estado
Estas actividades fomentan el arraigo identitario desde la infancia, promoviendo la transmisión intergeneracional del patrimonio.
Accesibilidad y diversidad
La oferta cultural se presentó en tres idiomas y de forma gratuita. Esto no solo garantiza inclusión, sino también genera vinculación activa entre el museo y sus comunidades.
Programación futura: diálogo y reflexión sobre el museo como puente
La celebración continúa con actividades que invitan a la reflexión:
- 26 de mayo: proyección del video Kili’ich chuuyo’ob con las maestras bordadoras Leydi Jiménez Bojórquez, Lorena Zapata y Andy Interián.
- 29 de mayo: conversatorio El Museo: espacio de vinculación y diálogo con las comunidades, con especialistas del Gran Museo.
Estas acciones refuerzan el papel del museo como plataforma viva de diálogo, investigación y construcción colectiva de memoria.
Un museo que borda su propio renacimiento
El Gran Museo del Mundo Maya no se limita a conservar. Activa la cultura. Esta exposición es una apuesta por el presente y futuro de la identidad maya. Invita a la contemplación, pero también a la participación. A mirar los hilos del pasado no como nostalgia, sino como fuerza para el porvenir.
¿Puede un bordado sostener la memoria de un pueblo? En Yucatán, la respuesta es sí. Hasta el 30 de agosto, la exposición Kili’ich chuuyo’ob seguirá recordándonos que en cada puntada vive una fe, una historia, una comunidad.