Zamira Franco lleva a Europa la cinta que incomoda a México

Zamira Franco, de Nayarit, lleva La Virgen Silenciosa a Estonia. El filme, dirigido por Xavi Sala, expone la violencia familiar y el rol de la madre idealizada.

AL MOMENTO

La actriz Zamira Franco, originaria de Nayarit, cruza el Atlántico para presentar La Virgen Silenciosa en Estonia, una de las tres producciones mexicanas seleccionadas en el prestigioso Tallinn Black Nights Film Festival. La película, dirigida por Xavi Sala, es una provocación necesaria que aborda temas sensibles y tabú de la sociedad mexicana.

El orgullo de Nayarit que desafía la maternidad

Zamira Franco es una actriz mexicana que presumirá con orgullo la increíble interpretación que realizó de la mano del director Xavi Sala en La Virgen Silenciosa. El largometraje se proyectará en el Tallinn Black Nights Film Festival en Estonia, al noreste de Europa, un evento que se realiza del 7 al 23 de noviembre.

Además de su trayectoria artística, Zamira siente un profundo orgullo por sus raíces bien plantadas en México, y de manera especial en Nayarit, el estado que la vio crecer. En entrevista, la actriz habló sobre la dualidad de sentimientos que experimenta ante esta oportunidad:

> “Estoy emocionada, nerviosa porque también yo sé que es una película que puede llegar a incomodar a la gente que la cuestiona”, se sinceró.

Este año, en Tallinn, únicamente se proyectarán tres películas mexicanas, lo que subraya la relevancia de la selección de este largometraje del español Xavi Sala.

De qué trata La Virgen Silenciosa: violencia y búsqueda de justicia

La Virgen Silenciosa tiene como protagonista a Valeria (interpretada por Zamira Franco), una mujer joven cuya vida se desarrolla bajo el techo de su madre, quien tiene un control absoluto sobre su existencia. La madre es interpretada por la actriz Mercedes Hernández.

Según la sinopsis oficial de la cinta:

  •  Valeria vive atrapada bajo el control materno y la rutina de su trabajo en un juzgado de la Ciudad de México.
  •  Su vida cambia radicalmente al conocer a Tania (Ruth Ramos), un encuentro que la llevará a desafiar la autoridad de su madre y las diversas injusticias que la rodean.

Sin embargo, el largometraje es mucho más complejo que su premisa inicial, ya que toca temas delicados que tienen la capacidad de incomodar profundamente al espectador. Lo que se ve en pantalla no solo es la violencia de una madre hacia su hija, sino también un cuestionamiento a fenómenos sociales complejos, incluyendo:

  •  La lucha de las mujeres por la igualdad.
  •  La búsqueda individual de la libertad.
  •  La violencia de género y racial.
  •  El rechazo y la impunidad.

Para Franco, la cinta invita, sobre todo, a la necesidad de “nombrar y hablar” todo aquello que incomoda a la sociedad. Además, la actriz considera que este trabajo es un cuestionamiento de qué es la justicia, una respuesta que cada espectador deberá definir por sí solo.

El diálogo incómodo: la violencia ejercida por las mujeres

La película no solo toca fibras sensibles en torno a la violencia sufrida, sino que también funge como una provocación directa al diálogo sobre la violencia que, como género femenino, puede ser ejercida.

> “Para mí esta película es una provocación al diálogo y es importante también cuestionar las violencias que, como género femenino también desembocamos en otras personas”, explica Franco.

La actriz fue enfática al aclarar que las estadísticas son claras y los mayores actos de violencia provienen del género masculino; no obstante, esto no exenta a las mujeres de ejercer violencia.

La maternidad y las violencias disfrazadas

Otras violencias contra las mujeres que forman parte de una cultura heredada son abordadas por la película. Zamira menciona la injusticia de ver a las madres como santas y cuidadoras antes que como personas.

Al reflexionar sobre si la sociedad mexicana está lista para dejar atrás la idolatría de las madres y la comparación del rol femenino con la Virgen, Franco señala:

  •  A las madres se les anula como personas.
  •  Su deseo queda por completo aniquilado, y se asume que no tienen deseos, incluyendo el deseo sexual.
  •  Se vuelven una “figura extraña” donde todo gira en torno al cuidado.

La actriz puntualiza que, si el cuidado es una decisión, es válida, “pero que no sea un deber”.

El desafío de un personaje profundo

Poner en pantalla un personaje como Valeria fue un reto mayúsculo para Zamira Franco. Valeria no solo está atrapada en la rutina de la caótica vida de la Ciudad de México y bajo el control materno, sino que además carga con los fantasmas del pasado, incluyendo una agresión sexual por parte de un hombre de su propia familia.

> “Representar este personaje para mí fue un desafío enorme por todas las implicaciones emocionales, espirituales, físicas; en específico está este cuestionamiento de qué es la justicia”, comentó la actriz.

Para la construcción del personaje, Franco relata que su proceso fue placentero porque le permitió hacer a un lado su ego de actriz y su ego como persona para confiar plenamente en las peticiones de Xavi Sala y las propuestas de sus compañeras. “Sentí que me aventé un clavado a confiar y eso no en todos los proyectos sucede”, concluyó.

Un amorío muy fuerte con Nayarit

Ahora que una de las películas más importantes en la carrera de Zamira Franco está por llegar a Europa como una representación de México, la actriz se llena de orgullo al poder llevar al otro lado del mundo un poco de nuestro país.

Franco reitera que sus raíces más fuertes están en su estado, Nayarit, el cual ha sido un pilar en su trayectoria artística. Incluso, la actriz ha usado el teatro para representar a Nayarit en ocasiones anteriores.

> “Yo tengo un amorío muy fuerte con Nayarit. Incluso ya le hice una obra de teatro y es un tema muy importante dentro de mi obra artística. Siento mucha alegría de poder compartir esta película, representando al país y también a mi estado”, comenta.

Antes de despedirse, Zamira Franco recordó el esfuerzo de todas las personas que estuvieron detrás de la película próxima a estrenarse en el Tallinn Black Nights Film Festival en Estonia, reconociendo a todos aquellos que la ayudaron a construir su carrera.

El cine mexicano, representado por La Virgen Silenciosa, no solo está conquistando espacios internacionales como Estonia, sino que cumple con su función más crítica: obligarnos a mirar y a nombrar las violencias enquistadas, incluso aquellas que ejercemos o disfrazamos en el altar de la maternidad. ¿Estamos, como sociedad, listos para enfrentar la justicia que pide Valeria?

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Redacción Noticias Activas
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Editor en jefe responsable del contenido con estrategia, con mas de 13 años de experiencia contando historias, especialista en comunicación visual con enfoque estratégico comercial.
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