El martes amaneció con una noticia que sacudió el corazón político de México: María del Carmen Pinete, vicepresidenta de la Cámara de Diputados, había fallecido. A los 64 años, su partida deja un hueco en el Congreso y una historia que merece ser contada.
El legado de una mujer de Estado
Una trayectoria tejida desde las aulas
María del Carmen Pinete no llegó a la política por casualidad. Nacida en Veracruz, su carrera comenzó en las aulas, como maestra de primaria desde 1978, una vocación que moldeó su visión del servicio público. Durante casi tres décadas enseñó a generaciones de estudiantes, muchos de ellos en comunidades marginadas del norte veracruzano.
Su paso por la Universidad Pedagógica Veracruzana, donde obtuvo su licenciatura en Educación, no solo le dio las herramientas académicas, sino también la sensibilidad para comprender las desigualdades desde la raíz. Ese compromiso la llevó a dirigir el Instituto Veracruzano de Educación para los Adultos (IVEA) entre 2000 y 2004, impulsando campañas de alfabetización en zonas indígenas.
Política con causa: de Tantoyuca al Congreso
En 1995, Tantoyuca, un municipio históricamente relegado, vio llegar a su primera alcaldesa: Pinete. Su gestión (1995–1997) marcó un antes y un después. Pavimentación de calles, mejora de escuelas, acceso al agua potable. “Fue la primera vez que nos sentimos parte de Veracruz”, comentó un líder comunitario en 2003.
Posteriormente, ocupó cargos estatales como subsecretaria de Desarrollo Político (2004–2006). Ya en el ámbito nacional, participó activamente en tres legislaturas federales: LX (2006-2009), LXIII (2015-2018) y LXV (2021-2024). En esta última, ocupó un rol clave como vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Un perfil que trascendió partidos y trincheras
Del PRI al Partido Verde: una transformación ideológica
Aunque muchos la asociaban con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sus raíces políticas estaban en el PRI, donde fue consejera nacional entre 2006 y 2009. Su migración al PVEM no fue solo táctica, sino también simbólica: reflejo de una transición generacional e ideológica en la política mexicana.
Su discurso evolucionó con los tiempos. Del lenguaje tradicional priista pasó a abanderar temas ambientales, educativos y de igualdad de género, convirtiéndose en una de las voces femeninas más influyentes del Congreso.
“La educación transforma, pero necesita una política que la respalde”, dijo en tribuna en 2022.
Compromiso legislativo y resultados visibles
En los últimos tres años, impulsó más de 20 iniciativas relacionadas con:
- Educación en comunidades rurales
- Protección de derechos laborales docentes
- Acceso igualitario a tecnologías educativas
- Políticas públicas con enfoque de género
Destacó también en las comisiones de Educación, Igualdad Sustantiva y Derechos de la Niñez. Su legado legislativo abarca reformas estructurales y propuestas ciudadanas recogidas durante sus recorridos en Veracruz, donde jamás perdió el contacto con su distrito.
Impacto social y despedida institucional
Reacciones del Congreso y redes sociales
El anuncio de su fallecimiento fue hecho por Ricardo Monreal, líder de Morena en el Senado, quien escribió en X:
“Mujer comprometida con México y ejemplo de trabajo. Enviamos nuestras condolencias a su familia y seres queridos en este trance tan doloroso. Descanse en paz”.
La publicación fue replicada por diputados de todos los partidos. Desde el PAN hasta el PT, hubo coincidencia en una palabra: respeto. La presidenta de la Cámara, Marcela Guerra, decretó un minuto de silencio en su honor.
En redes sociales, hashtags como #MaríaDelCarmenPinete y #LegadoVeracruzano se volvieron tendencia, destacando su figura como símbolo de lucha femenina en la política mexicana.
Veracruz, de luto
En Pánuco, su tierra natal, se organizaron homenajes comunitarios. Escuelas rurales izaron la bandera a media asta. En Tantoyuca, donde inició su carrera pública, el Ayuntamiento declaró duelo oficial por tres días.
Una de sus exalumnas, hoy funcionaria local, escribió en Facebook:
“Nos enseñó a leer, a escribir y a creer que podíamos aspirar a más. No solo fue mi maestra, fue mi guía.”
Una figura clave para el equilibrio legislativo
¿Quién ocupará su lugar?
En términos institucionales, la muerte de Pinete abre un espacio sensible en la Mesa Directiva de la Cámara. Como vicepresidenta, tenía funciones de conducción parlamentaria, representación protocolaria y coordinación de debates.
Aunque el reglamento interno del Congreso permite que el PVEM designe una sustitución, fuentes consultadas indican que hay tensiones internas sobre el relevo. Su ausencia también afecta el equilibrio de género y la representación regional dentro de los órganos legislativos.
Un vacío difícil de llenar
Más allá de los procedimientos, el consenso es que su figura encarnaba una combinación rara: experiencia, integridad y conexión territorial. En tiempos de polarización, su tono conciliador y su formación magisterial le permitían tender puentes.
El rostro humano detrás del cargo
Escritora, sindicalista, madre
Pocos sabían que Pinete también era autora. En 2004 publicó Cuatro años de resultados INEA, y un año después, Información básica municipal. Textos técnicos, sí, pero reveladores de su obsesión por la gestión pública efectiva.
Miembro activa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), fue reconocida por su labor gremial en defensa de los derechos de los maestros rurales. Sus colegas destacan su habilidad para negociar sin romper el diálogo.
En lo personal, era madre y abuela. Discreta en su vida familiar, siempre habló de su mayor orgullo: “mis nietos, porque ahí veo el futuro de México”.
¿Qué sigue tras su muerte?
Consecuencias políticas a corto y largo plazo
- Reacomodo legislativo en el PVEM, partido que ya enfrentaba tensiones internas por candidaturas.
- Redefinición del liderazgo educativo en la Cámara, pues Pinete era puente entre el Congreso y el SNTE.
- Posible homenaje póstumo con placa legislativa y sesión solemne, propuesta por diputadas del bloque feminista.
Además, su partida podría reavivar el debate sobre el relevo generacional en la política mexicana y el papel de las mujeres mayores de 60 años en cargos de alta responsabilidad.
La muerte de María del Carmen Pinete no solo significa la pérdida de una legisladora: representa el fin de una era de servidoras públicas formadas desde las bases, desde el pizarrón, desde la comunidad. Su historia es espejo de cientos de mujeres mexicanas que, a través de la educación, han transformado el país. Hoy queda la pregunta: ¿quién recogerá esa bandera?