Nadie pensó que la muerte podría esconder más muerte. Pero en México, las tumbas ya no son lugares de descanso, sino escondites del horror. Ceci Flores, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, revela una nueva y macabra táctica del crimen organizado: enterrar cuerpos desaparecidos en sepulturas ya ocupadas.
La nueva estrategia del narco para ocultar cuerpos
Ocultar en lo evidente: ¿Quién buscaría en un panteón?
La lógica criminal ha dado un giro perverso: esconder en donde nadie buscaría. ¿Quién revisaría una tumba ya cerrada? Esa es la premisa que, según la activista Ceci Flores, ha comenzado a guiar al crimen organizado en su afán por desaparecer sin dejar rastro.
“Nadie buscaría en un panteón, por eso ahora profanan las tumbas para meter en bolsas y amarrados, los restos de los desaparecidos”, denunció Flores el 27 de marzo de 2025.
En un video publicado en redes sociales, mostró el hallazgo: un bulto de tamaño humano, envuelto en plástico negro, dentro de una tumba supuestamente sellada en el panteón del Carmen, en Ciudad Obregón, Sonora.
Un testimonio ignorado por meses
El caso salió a la luz gracias a un habitante que frecuentaba el cementerio. “Notó que una tumba estaba abierta, y pensó que intentaban robar un ataúd. Pero al mirar dentro, vio algo más: un cuerpo sobre otro”, narró la líder del colectivo.
Este ciudadano notificó a las autoridades locales dos meses antes de que el caso se hiciera público. Nadie actuó. Solo cuando las Madres Buscadoras intervinieron, el cuerpo fue finalmente exhumado por el Servicio Médico Forense.
“Les dije: tienen que sacarlo y checar por qué están metiendo cuerpos dentro de las tumbas”, enfatizó Flores.
Cementerios: el nuevo campo de batalla de la búsqueda
¿Un fenómeno aislado o un patrón nacional?
Lo alarmante es que este no es un caso aislado. Según testimonios recibidos por el colectivo, prácticas similares se están replicando en otros estados del país.
“Cada día tenemos información de otros lugares donde están haciendo lo mismo. Cada día nos sorprende una nueva barbarie”, advierte Flores.
Entre los estados con reportes extraoficiales figuran:
- Jalisco
- Sinaloa
- Guerrero
- Veracruz
La lógica detrás de esta estrategia es devastadora: “Si no hay cuerpo, no hay delito”. Ocultar a los desaparecidos en cementerios equivale a borrar su existencia del registro legal.
Por qué los cementerios eran considerados “zonas seguras”
Durante años, los colectivos de búsqueda evitaron los panteones, al considerarlos lugares de reposo legal. Pero esta percepción está cambiando. Las Madres Buscadoras ya agregaron cementerios a sus rutas de búsqueda.
Este cambio de estrategia refleja una mutación en la lógica del horror, donde cada rincón puede esconder a un desaparecido.
La impunidad como motor del silencio
Estado ausente, crimen presente
La denuncia pública pone nuevamente en tela de juicio el rol del Estado en las desapariciones forzadas. Para Ceci Flores, la inacción institucional no es casual.
“Si no hay cuerpo, no hay delito. Y si no hay delito, no hay estadísticas. Eso es lo que más les perjudica”, sentenció.
La activista asegura que las fiscalías, lejos de colaborar, ponen trabas burocráticas y escudan su inacción en tecnicismos legales, como la supuesta “profanación de tumbas”.
Desinformación oficial y desacreditación pública
El gobierno federal también ha sido señalado por Flores, acusándolo de desacreditar a los colectivos, al sugerir que sus acciones tienen fines políticos o que son financiados por intereses oscuros.
“Nuestra única lucha es encontrar a nuestros hijos. Nada más”, responde con firmeza.
Una activista en el exilio: amenazas, campañas de odio y miedo
Perseguida por buscar
Desde que reveló este nuevo método del crimen, Ceci Flores ha sido amenazada de muerte. Se refugia en la Ciudad de México, “tan grande que no me encuentran”, dice con ironía.
Recibe intimidaciones de presuntos miembros del crimen organizado y ataques digitales con imágenes manipuladas para vincularla a grupos armados.
El dolor de una madre, la fuerza de una causa
Flores reconoce que uno de sus hijos tuvo vínculos con el crimen, pero asegura que nunca participó en desapariciones. Su otro hijo, Alejandro, desapareció en 2015, y desde entonces, su búsqueda no se detiene.
“Aunque seas el peor delincuente del mundo, eres humano y tienes derecho a ser buscado.”
Su activismo, marcado por el dolor y la dignidad, sigue activo pese al exilio. Coordina operativos, recibe denuncias anónimas y mantiene la moral de decenas de mujeres que buscan a sus seres queridos.
El país de los desaparecidos: cifras y omisiones
¿Cuántos desaparecidos hay en México?
Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), hasta marzo de 2025 más de 112,000 personas continúan desaparecidas en México.
Sin embargo, colectivos denuncian que la cifra podría ser muy superior, debido al subregistro y la falta de actualización oficial desde finales de 2023.
¿Qué pasa cuando el Estado borra los datos?
En 2023, el gobierno federal anunció una “depuración” del registro de desaparecidos. Miles de casos fueron eliminados o reclasificados, generando indignación y desconfianza entre las familias.
“Borrar a un desaparecido de una base de datos es matarlo dos veces”, dijo una buscadora en Jalisco.
La búsqueda como acto de justicia
Cementerios, pozos, fosas: el mapa del dolor
Las Madres Buscadoras y otros colectivos han ampliado sus métodos:
- Drones con cámaras térmicas
- Perros entrenados para detectar restos
- Herramientas de geolocalización
- Denuncias ciudadanas anónimas
Ahora, con este nuevo hallazgo, añaden los cementerios como puntos estratégicos de búsqueda.
¿Dónde está el Estado?
A pesar de las promesas gubernamentales, la protección a activistas sigue siendo limitada. Los recursos son escasos, y en muchos casos, los propios buscadores arriesgan su vida sin acompañamiento oficial.
El trabajo de las Madres Buscadoras se mantiene por solidaridad entre víctimas, más que por apoyo institucional.
¿Qué se necesita para revertir esta realidad?
1. Reconocimiento oficial de la práctica
El gobierno debe reconocer públicamente que el crimen organizado ha comenzado a utilizar cementerios como método sistemático para ocultar cuerpos.
2. Revisión de panteones en zonas de alta desaparición
Autoridades locales y federales deben implementar protocolos forenses para inspeccionar cementerios sospechosos, incluso los ya cerrados.
3. Protección integral a colectivos
Brindar protección efectiva a líderes y miembros de colectivos, incluyendo rutas seguras, vigilancia constante y acceso a tecnologías.
4. Restaurar la confianza ciudadana
La ciudadanía debe volver a creer en el sistema de justicia. Eso se logra con investigaciones rápidas, castigos efectivos y transparencia pública.
¿Hasta cuándo los cementerios dejarán de ser campos de batalla silenciosos?
La denuncia de Ceci Flores no solo revela una táctica macabra, sino también la magnitud del abandono estatal ante una crisis humanitaria sin precedentes.Buscar en la tierra no es lo mismo que cavar en el olvido.
Cada cuerpo hallado es una historia recuperada.
Cada tumba profanada, una verdad revelada.