Asesinato en Sayavedra: Estudiante de la Anáhuac mató a su mejor amigo

Asesinato en Condado de Sayavedra: un alumno de la Universidad Anáhuac mató a su mejor amigo y sigue prófugo pese a orden de aprehensión.

AL MOMENTO

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Asesinato en Condado de Sayavedra: un alumno de la Universidad Anáhuac mató a su mejor amigo y sigue prófugo pese a orden de aprehensión.

Una amistad rota por una bala

Una llamada. Un disparo. Un encubrimiento.
El 11 de noviembre de 2018, Kevin Miranda, un joven brillante y amante del fútbol americano, fue asesinado en el corazón de una zona exclusiva del Estado de México. El principal sospechoso: su mejor amigo, Emiliano Rodríguez González, estudiante como él de la Universidad Anáhuac.

El crimen que se quiso ocultar

Un “accidente” que levantó sospechas

La versión oficial inicial fue inverosímil: un asalto armado dentro de una residencia en el lujoso fraccionamiento Condado de Sayavedra, en Atizapán de Zaragoza.

Según narraron los padres de Emiliano a los de Kevin, unos ladrones entraron a su hogar. Kevin, valiente, se habría resistido y por ello recibió un disparo en la cabeza.

Pero con el paso de las horas y las inconsistencias en el relato, la verdad comenzó a asomar entre las grietas.

“Ese día se nos dijo que había ocurrido un accidente. Más tarde supimos que lo habían hecho pasar como un robo. Pero fue asesinato”, denunció públicamente el hermano de Kevin Miranda.

La versión de la familia Miranda

Indignados, los padres de Kevin, Gerardo Miranda y Sandra Fonseca, han alzado la voz en redes sociales y ante las autoridades.

Aseguran que la escena del crimen fue manipulada, que el supuesto robo nunca existió, y que Emiliano Rodríguez González fue el autor material del disparo fatal.

“Mi hermano fue asesinado. Lo trataron de encubrir. Solo queremos justicia”, declaró el hermano de Kevin.

Siete años sin justicia: ¿dónde está Emiliano Rodríguez?

Una orden de aprehensión ignorada

Hoy, siete años después, la familia Miranda posee una orden de aprehensión vigente contra Emiliano. Sin embargo, el acusado permanece prófugo, y las autoridades no han logrado detenerlo.

La impunidad se ha convertido en una segunda herida para los deudos. Mientras Kevin yace en una tumba, el presunto homicida sigue libre.

“Hay una orden de aprehensión. ¿Por qué no lo buscan? ¿Por qué no se ha ejecutado?”, cuestionan los padres de la víctima.

¿Qué ha hecho la Universidad Anáhuac?

Aunque ambos jóvenes estudiaban en la Universidad Anáhuac al momento de los hechos, la institución no ha emitido declaraciones públicas sobre el caso, según lo mencionado por la familia de Kevin.

Este silencio genera dudas sobre posibles presiones, privilegios o encubrimientos.

Privilegios, poder y silencio: el entorno del acusado

Un crimen entre familias acomodadas

Condado de Sayavedra no es cualquier fraccionamiento: es uno de los más exclusivos del Estado de México. Seguridad privada, casas de millones de pesos y un entorno donde raramente entran las sirenas de emergencia.

El hecho de que el homicidio ocurriera en una casa cerrada, dentro de este contexto, hace más grave la posibilidad de encubrimiento.

“Lo que pasó no fue un asalto. Fue un asesinato en una casa privada, con testigos cercanos que callaron”, señala un familiar cercano a Kevin.

¿Encubrimiento o negligencia institucional?

Uno de los puntos más oscuros de este caso es la narrativa fabricada al inicio. Presentar el asesinato como un asalto podría haber sido una estrategia para ganar tiempo, alterar la escena y preparar una huida.

Además, la aparente falta de acción judicial, pese a la existencia de una orden de aprehensión, apunta a una grave omisión de las autoridades del Estado de México.

Quién era Kevin Miranda: una vida apagada demasiado pronto

Estudiante brillante y apasionado por el deporte

Kevin Miranda no era solo un estudiante universitario más. Destacaba por su rendimiento académico, su pasión por el fútbol americano y su espíritu solidario.

“Kevin era mi ejemplo a seguir”, escribió su hermano en una publicación conmovedora.

La pérdida no sólo es dolorosa por el acto violento, sino por el enorme potencial que quedó truncado.

Un caso que resuena por su simbolismo

El caso de Kevin y Emiliano no es solo una historia de traición entre amigos. Es también una muestra de cómo la justicia se aplica o no según el apellido, el dinero o el código postal.

Es la historia de cómo una vida puede ser arrebatada y cómo el sistema puede fallar en castigar al responsable.

¿Qué puede cambiar ahora?

Exigir justicia no es venganza, es memoria

La familia de Kevin ha insistido en que su lucha no es por revancha, sino por memoria y verdad. A siete años, continúan exigiendo lo mismo:

  • Que se ejecute la orden de aprehensión contra Emiliano.
  • Que se investigue el encubrimiento inicial del crimen.
  • Que no se olvide el caso.

Una pregunta para las autoridades

¿Cuántos casos más como este se encuentran ocultos bajo capas de poder, riqueza y silencio?

Mientras no se actúe, la impunidad seguirá siendo la verdadera asesina en México.

¿Y si hubiera sido tu hermano?

La historia de Kevin Miranda es dolorosa por lo que representa: una amistad traicionada, una familia quebrada, y un sistema de justicia paralizado.
Si las autoridades no actúan, el mensaje es claro: en México, matar a tu mejor amigo puede quedar impune si tienes suficientes recursos.

¿Hasta cuándo?

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