El impacto del sueño en la salud: Riesgos de dormir poco o en exceso

Dormir poco o demasiado aumenta el riesgo de infecciones y enfermedades. Descubre qué dice la ciencia y cuál es la cantidad de sueño ideal.

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Sentirse culpable por dormir poco es común, pero la ciencia revela que el exceso de sueño también impacta negativamente en la salud. Un reciente estudio de la Universidad de Bergen, Noruega, destaca que tanto la falta como el exceso de horas de descanso aumentan la vulnerabilidad a infecciones y diversas enfermedades, confirmando que la dosis correcta de sueño es crucial para el bienestar general.

El estudio noruego revela los riesgos extremos del sueño

La Universidad de Bergen en Noruega realizó un estudio revelador. Este investigó los hábitos de sueño y la frecuencia de enfermedades en miles de personas. Los resultados son contundentes:

  •  Dormir poco (< 6 horas): Se asoció con más resfriados, infecciones gastrointestinales y bronquitis.
  •  Dormir demasiado (> 9 horas): También incrementó el riesgo de padecer infecciones respiratorias y la necesidad de antibióticos.

La conclusión de los investigadores es clara: el sistema inmunológico se debilita ante un sueño insuficiente o excesivo.

Metodología de la investigación

Los científicos de la Universidad de Bergen analizaron a miles de personas. Evaluaron minuciosamente sus hábitos de sueño y la frecuencia con la que enfermaban.

Hallazgos consistentes con investigaciones previas

Este descubrimiento no es un caso aislado. Investigaciones publicadas en *Frontiers in Psychiatry* y otras revistas médicas han observado un efecto en forma de “U”. Este indica que el riesgo de enfermedades se eleva en los extremos (muy poco o demasiado sueño), mientras que la franja saludable se ubica entre 7 y 9 horas diarias.

Dormir poco: el silencioso enemigo de la salud

La privación crónica de sueño se ha vuelto algo común en la vida moderna. Largas jornadas laborales, el uso constante de dispositivos electrónicos y el estrés contribuyen a que millones de personas duerman menos de lo necesario.

Riesgos inmediatos de la privación de sueño

  •  Mayor propensión a infecciones: Un cuerpo con poco descanso produce menos células inmunológicas.
  •  Disminución de la concentración y memoria: Afecta la productividad y aumenta los accidentes laborales o de tránsito.
  •  Cambios en el estado de ánimo: Se observa más irritabilidad, ansiedad y un mayor riesgo de depresión.

Consecuencias a largo plazo

  •  Obesidad: El insomnio altera hormonas clave como la leptina y la grelina, favoreciendo el aumento de peso.
  •  Diabetes tipo 2: La resistencia a la insulina aumenta en quienes duermen poco.
  •  Hipertensión y problemas cardíacos: El sistema cardiovascular sufre por la sobreexposición al estrés fisiológico.

Dormir en exceso: ¿placer o una señal de alerta?

Aunque menos discutido, el exceso de sueño también conlleva consecuencias negativas. No siempre es señal de descanso, sino, en ocasiones, de un problema subyacente.

Problemas asociados a más de nueve horas de sueño

  •  Fatiga persistente: Paradójicamente, dormir mucho puede generar una sensación de cansancio.
  •  Mayor riesgo de mortalidad: Estudios de cohorte han encontrado una asociación entre largas horas de sueño y más muertes prematuras.
  •  Problemas cardiovasculares y metabólicos: La obesidad, hipertensión y diabetes aparecen con mayor frecuencia en quienes duermen demasiado.

Causas subyacentes del exceso de sueño

  •  Trastornos como apnea del sueño, depresión o enfermedades crónicas.
  •  Desajustes en el ritmo circadiano, especialmente en personas que trabajan en turnos rotativos.
  •  Efecto rebote después de periodos de privación de sueño.

La curva en forma de “u”: el rango óptimo de sueño

La mayoría de las investigaciones concluyen que el rango óptimo de sueño para adultos sanos se sitúa entre 7 y 9 horas por noche.

  •  Menos de 6 horas: El cuerpo entra en “modo de emergencia”, con mayor inflamación y vulnerabilidad a infecciones.
  •  Más de 9 horas: El organismo experimenta alteraciones metabólicas y cardiovasculares.
  •  Entre 7 y 9 horas: Se logra un mejor equilibrio hormonal, inmunológico y cognitivo.

Este hallazgo refuerza la importancia de considerar el sueño como un pilar fundamental de la salud, al mismo nivel que la alimentación y el ejercicio.

Mecanismos biológicos clave detrás de los riesgos

El sueño y su impacto en el sistema inmune

Durante el sueño profundo, el cuerpo produce citocinas y células T, ambas fundamentales para combatir infecciones. Dormir poco reduce esta producción, mientras que dormir en exceso puede alterar su regulación.

Regulación hormonal y el metabolismo

El sueño regula hormonas clave:

  •  Leptina (control del apetito)
  •  Grelina (sensación de hambre)
  •  Cortisol (estrés)

Cuando el sueño se interrumpe o es excesivo, estas hormonas se desbalancean, generando problemas de peso y glucosa.

Limpieza cerebral durante el descanso

Dormir bien permite la limpieza neuronal mediante el sistema glinfático. Este elimina toxinas asociadas con enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Tanto el déficit como el exceso de sueño dificultan este proceso vital.

Recomendaciones esenciales para una higiene del sueño adecuada

Dormir bien no es solo una cuestión de cantidad, sino también de calidad. Los especialistas sugieren diversas prácticas.

Hábitos saludables antes de dormir

  •  Mantener horarios regulares de sueño y despertar.
  •  Reducir el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
  •  Evitar cenas copiosas, cafeína o alcohol en la noche.

Creación de un ambiente favorable para el descanso

  •  Mantener la habitación oscura, silenciosa y fresca.
  •  Invertir en un colchón y almohada adecuados.
  •  Usar la cama solo para dormir o tener intimidad, no para trabajar.

La importancia de escuchar al cuerpo

Si necesitas dormir más de 9 horas con frecuencia, es recomendable consultar con un médico. Podría ser una señal de apnea del sueño, depresión o algún desbalance hormonal.

El impacto social y cultural del sueño

Más allá de lo biológico, el sueño también refleja estilos de vida y culturas. En sociedades modernas, dormir poco se asocia erróneamente con la productividad. Por otro lado, en algunas culturas, dormir siestas largas es parte de una rutina saludable. El sueño debe considerarse una inversión en salud. El costo económico de las enfermedades relacionadas con malos hábitos de sueño, como la diabetes, las cardiovasculares y la depresión, asciende a millones de dólares cada año.

Conclusión: el sueño como pilar fundamental de la salud

El estudio de la Universidad de Bergen subraya una verdad innegable: el sueño no es un lujo, sino una necesidad fisiológica con un impacto directo en nuestra salud. ¿Estamos priorizando suficientemente este poderoso medicamento preventivo en nuestras vidas modernas?

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