En medio del receso legislativo, un viaje internacional desató sospechas. Pero Ricardo Monreal fue claro: el viaje a China de Gutiérrez Luna no costó ni un peso a la Cámara.
Transparencia en tiempos de sospechas
Cuando los viajes oficiales se confunden con vacaciones pagadas, las alarmas sociales no tardan en sonar. En esta ocasión, la atención recayó sobre Sergio Gutiérrez Luna, presidente saliente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, quien fue visto en China junto a su esposa y también legisladora, Diana Karina Barreras Samaniego.
La suspicacia aumentó. ¿Fue con recursos públicos? ¿Un viaje de placer disfrazado de diplomacia?
Invitación oficial: China pone los boletos
Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, fue tajante:
“No se sufragó un solo cinco de la Cámara. No pagó la Cámara de Diputados ni boletos, ni viáticos, ni viajes.”
Monreal recibió también la misma invitación oficial de la Embajada China, pero la declinó por compromisos laborales. En cambio, Gutiérrez Luna la aceptó tras consultarlo con él. La delegación fue invitada a una reunión con el presidente de la Asamblea Nacional Popular de China, un encuentro que forma parte de los esfuerzos de intercambio legislativo internacional.
No es otro “caso Noroña”
Las comparaciones con episodios pasados no se hicieron esperar. Al ser cuestionado por periodistas sobre si este viaje terminaría como otros viajes “oficiales” al extranjero que, a la postre, revelaron gastos excesivos, Monreal fue firme:
“No, no, no, no. Y Sergio Gutiérrez Luna… Está la Cámara en receso y puede el diputado actuar como se crea conveniente.”
Un viaje exprés con agenda apretada
Según Monreal, el viaje fue corto y demandante: entre cinco y seis días para una agenda que incluyó reuniones diplomáticas, intercambios parlamentarios y contactos institucionales.
“No es un viaje de placer. Entiendo que es un viaje de trabajo, de intercambio…”
El contexto: tensiones y transparencia
En años recientes, los viajes al extranjero de funcionarios han sido blanco de críticas, particularmente cuando los costos recaen sobre el erario. En este caso, el factor clave ha sido la transparencia.
La visita de Gutiérrez Luna ocurre en un entorno donde la sociedad exige cuentas claras, especialmente cuando se trata de servidores públicos. Monreal no solo defendió la legalidad del viaje, sino que reafirmó la calidad profesional del diputado:
“Es un buen servidor público y ha sido un buen presidente de la Mesa Directiva.”
Expectativas al regreso
Aunque el viaje fue cubierto por China, la opinión pública exige más que una justificación formal. Monreal fue claro en lo que espera:
“Espero que al regreso de su viaje, aclare todos los detalles e informe de los logros obtenidos.”
En este contexto, el informe de resultados se vuelve crucial para transformar una simple visita en un acto diplomático con beneficios tangibles para México.
En tiempos de desconfianza institucional, la claridad es poder. Si el viaje de Gutiérrez Luna se traduce en alianzas legislativas y beneficios concretos, habrá valido la pena. Pero si no se transparentan sus frutos, quedará como una postal más del folclore político mexicano.
¿Podrá este tipo de diplomacia legislativa construir puentes reales o solo alimentar la narrativa del privilegio?